PRENSA UNRC – Una joven con discapacidad visual está cursando materias del segundo año de la carrera de Analista en Computación. Se trata de Rita Álvarez, quien además de superar los exámenes va rompiendo barreras y con esfuerzo, compromiso, superación y vocación va abriendo caminos y generando conciencia de la necesidad de avanzar hacia una educación superior plenamente accesible.
Días atrás, Rita Álvarez contó su historia de vida, desde los obstáculos que debe sortear para poder estudiar en la universidad, como así también para movilizarse y relacionarse en el campus universitario y en nuestra ciudad. La joven habló de los prejuicios, la indiferencia de la sociedad hacia la gente con alguna discapacidad, las barreras físicas y las humanas. Fue en el marco de las jornadas de Plurasidad por una educación superior no excluyente, que organizaron el Departamento de Computación y la Secretaría Académica de la Facultad de Ciencias Exactas, Físico-Químicas y Naturales de la UNRC.
Rita dijo que ella tenía en claro que le gustaba mucho la computación, pero que le costó mucho decidirse porque dudaba que la universidad le pudiera dar una atención acorde a su discapacidad visual. “Primero me costó mucho poder decidirme porque no sabía si me iban a poder adecuar el material”, contó la estudiante.
Pero las dificultades no tienen que ver solamente con lo académico y la conformación de los materiales de estudio, sino que hay fuertes barreras físicas que a diario debe sortear. “Me encuentro con las barreras físicas, como las canaletas (desagües) del campus universitario, gente que se cruza o anda en bici y moto por las veredas, otros que dejan los vehículos en las rampas o compañeros que se sientan a charlar en el medio del paso y uno no puede circular”.
En nuestra universidad, la joven estudiante también se encontró con espacios de contención. Uno de esos lugares fue el Centro de Producción de Información Accesible (CEPIA). “Allí me escucharon, me enseñaron y dieron consejos para saber cómo pedir el material a los profesores. Encontré un lugar de apoyo y contención”, destacó Rita.
Los docentes
En sus primeros dos años como estudiante en nuestra Facultad, Rita comentó cómo se fue dando su relación con los docentes: “Hubo profesores que se adaptaron rápido, tratando de modificar las clases para no usar tanto el pizarrón y explicarme, a diario demuestran mucha paciencia y me dedican tiempo, pero también hay otros profesores a quienes les costó más adaptarse”. En esa falta de adaptación, la joven mencionó dificultades en los docentes para “dar la clase sin hacer tanta referencia al pizarrón, les cuesta adaptar el material, y yo tengo que insistir para que me lo entreguen”. Sobre este aspecto, consideró que poco a poco “tendrán que ir cambiando la forma de dar clase, porque no todas las personas entienden de la misma forma los contenidos, no solamente los ciegos, sino que hay otros estudiantes que no entienden algunos conceptos cuando se los enseña de determinada manera”. En este sentido, sostuvo que cambiar la forma de dar clase no solamente la ayudará a ella sino a otros compañeros porque tendrán otra forma de acceder a los contenidos, desde otras perspectivas o con otro material de estudio.
Los compañeros
Rita Álvarez señaló que “la mayoría de los estudiantes son distantes, fríos y en muchos casos indiferentes”. Contó que “más allá que dos o tres compañeros que desde el principio se acercaron y me empezaron a preguntar sin prejuicios y que son con quienes ahora me hablo, la mayoría vive en su mundo”.
Señaló que esta situación se da “por miedo o porque no les interesa, porque no saben tratar con una persona en situación de discapacidad”, y agregó: “También a los profes les cuesta integrarme a un grupo porque piensan que puedo atrasar a los chicos o bien que ellos no se adapten a mí. Yo quiero trabajar en grupo porque nadie puede cursar una carrera solo”.
Rita sostuvo que ese tipo de situaciones dependen mucho de cuál es la actitud de los docentes. “Si los estudiantes no tienen un incentivo no lo van a hacer nunca. Ellos no demuestran interés en dialogar conmigo. Por eso, estaría bueno que los profes se involucren más con estas temáticas”.
“Todos tenemos derecho a poder salir”
De todos modos, valoró los avances que se han logrado hacia una mayor inclusión e igualdad. “Antes una persona con discapacidad se quedaba encerrado y ahora como ven que algunos salen se animan más. Es difícil, pero creo que todos tenemos derecho a disfrutar y poder salir”.
“Tengo un compañero que siempre está, pero no lo molesto mucho porque no lo quiero cansar, ya que es el único que tengo y está siempre”, expresó la joven estudiante de Analista en Computación.
Rita dijo que ante las barreras físicas y sociales tiene que sacar mucha fuerza para no quedarse encerrada, sin poder salir y tratar de superarse. “La carrera me gusta mucho y eso me da fuerzas para seguir, pero estar todos los días con mis compañeros y no tener diálogo es duro”. También contó que suele salir a divertirse o disfrutar del día “con un grupo de amigos de básquet para ciegos de la UNRC, porque si uno no sale, nadie te va a ver”, expresó.
Por otro lado, Rita valoró la compañía para poder movilizarse dentro del campus universitario. “Siempre tengo alguien que me acompaña en la uni y una profe que me enseña a manejarme. En la ciudad es más simple, pero acá es más complicado porque hay menos accesibilidad, caminos curvos, muchas canaletas y es medio peligroso”.
La carrera
“Estoy muy contenta con la carrera elegida, la llevo de a poco porque se me hace imposible cursar todas las materias al mismo tiempo. A mí me lleva más tiempo estudiar, ya que no es la misma forma de manejar el material de estudio”, dijo Rita y explicó: “Los chicos ven una imagen y ya les queda la idea o el concepto, en cambio yo tengo que recorrer toda la imagen para ver lo que dice. Lo mismo ocurre durante los exámenes, ellos los hacen en un tiempo determinado, pero a mí me lleva más tiempo”.
Por último, la joven estudiante manifestó que su objetivo es recibirse lo antes posible y empezar a trabajar. Mientras tanto, Rita cursa su segundo año de Analista en Computación y va rompiendo barreras físicas y sociales para que nuestra universidad sea plenamente accesible. Rita Álvarez es un ejemplo de esfuerzo, compromiso, superación y vocación.