Actualmente, hay unas 100.000 vinculadas con la salud, y se prevé que en los próximos 5 años crecerán un 23% más.
Dentro de esta oferta, hay aplicaciones que ayudan a conocer cómo hidratarse correctamente, hacer ejercicio, dejar de fumar, medir el ritmo cardíaco, dormir mejor, implementar dietas nutritivas, combatir el estrés, entre otras.
La Organización Mundial de la Salud celebró la expansión de este nuevo mercado. «La proliferación de las tecnologías de la información y de la comunicación en nuestra vida cotidiana convierte a estas fuentes en un aliado estratégico para la salud pública, ya sea para ayudar a resolver o prevenir los problemas o para mejorar el acceso a los sistemas y servicios de salud», afirmaron desde la OMS.
La comunidad médica mundial les abre las puertas, pero con cautela: las estudia como a un paciente más. Frente a tanta variedad de ofertas, la idea es promover sólo las que resulten realmente confiables en términos científicos porque, a veces, terminan funcionando como islas, que contienen datos fraccionados y desintegrados de la historia clínica del paciente. Lo ideal es que se usen bajo la supervisión de un profesional», explica el Dr. Fernando Plazzotta, médico del Departamento de Informática del Hospital Italiano.
Diario La Nación