La actriz advirtió que “si el proyecto es rechazado”, los diputados “llevarán sobre sus espaldas a las muertas por el aborto clandestino”.
PARLAMENTARIO – Fue un discurso que caló hondo. La actriz Muriel Santa Ana se presentó este martes ante el plenario de comisiones que analiza la despenalización del aborto y contó su propia experiencia con la interrupción del embarazo. Más aún, advirtió a los diputados que “si el proyecto fuera rechazado, llevarán de por vida sobre sus espaldas a las muertas que de aquí en más produzca la industria del aborto clandestino”.
Santa Ana contó que abortó cuando tenía 23 años, en un consultorio privado ubicado en Santa Fe y Azcuénaga. “El quirófano era la cocina, amplísima, típica de esos edificios de categoría de Recoleta construidos en los ‘50”, describió ante los diputados.
Recordó que el médico le dijo “esto va a ser muy rápido, quedáte tranquila”. “Después me dormí. Aparecí tendida en otra camilla en un pasillo. El médico se acercó, me dio un beso y me dijo ‘ya pasó’”, dijo.
La actriz confesó que “usaba un diafragma como método anticonceptivo”. “Si aún hoy es conflictivo que los hombres usen preservativos aduciendo pérdida de placer y manipulando así la voluntad de las mujeres, imaginen que hace 20 años el abuso era mucho peor”, subrayó.
“Yo tenía la plata y no tuve que recurrir a una sonda, a una aguja de tejer ni a un sucucho sórdido”, señaló, y agregó: “Yo no deseaba ser madre forzadamente. No deseaba inscribir mi cuerpo en el orden simbólico de la maternidad por imposición”.
Ante la mirada atenta de los diputados presentes, enfatizó: “Desde que tengo mayoría de edad, no permito que nadie se arrogue el derecho de legislar sobre mi deseo. Mías son mis decisiones, míos son mis deseos. Pero mi cuerpo es visto como un objeto. Las mujeres no somos un frasco para que otros observen cómo germina en nosotros la continuidad de un sistema de crimen y exclusión”.
Por último, Santa Ana sostuvo que “no se trata de debatir sobre los límites de la vida o de la muerte”, sino que “se trata de aborto clandestino o aborto legal”, y conminó a los legisladores a sancionar la ley.