El ex presidente abandonó ayer la sede del Sindicato de Metalúrgicos y se entregó a la Policía Federal en medio de un caótico clima. Está alojado en Curitiba, en una celda acondicionada en la Policía Federal
El ex presidente de Brasil, Luis Ignacio Da Silva cumple con su primer día de prisión una celda especial de 15 metros cuadrados, con baño privado en la sede de Policía Federal de Curitiba.
Da Silva fue condenado a cumplir 12 años en prisión por recibir, a modo de soborno, un departamento ofrecido por la constructora OAS a cambio de facilidades de contratos en Petrobras.