Por Martín Urricelqui – Se llama Mirta Palandri y nació en Las Higueras. Durante años juntó más de 26 mil piezas de esos elementos y un día tuvo una gran idea: montar un museo para exhibir esa colección. Así nació, en El Chocón, Neuquén, el Museo del Botón, el primero de Argentina, el único de Sudamérica y unos de los cuatro que existen en el mundo.
El primer botón llegó de imprevisto e incluso, antes de que Mirta se convirtiera en una coleccionista. Fue un chileno quien en un pueblo de la frontera neuquina le regaló uno, todo oxidado, que había abrochado los uniformes de los militares del Ejército Argentino en la llamada Conquista del Desierto, entre 1878 y 1885. Años después, tras el fallecimiento de su madre, Mirta fue la heredera del tesoro más preciado, un costurero que reunía cientos de botones con una larga historia familiar detrás.
Ese fue el puntapié inicial de una gran colección, que en base a viajes, esfuerzos y regalos se fue ampliando con piezas de las más variadas, como botones de un obispo, de políticos u otros realizados en plata, marfil o cristales Swarovski.
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