El joven de 18 años murió tras ser sometido a un excesivo entrenamiento físico como parte de la capacitación de la policía provincial.
«Deshidratación aguda grave, insuficiencia renal y falla multi orgánica». Ese fue el resultado de la autopsia que se le realizó al cuerpo de Ezequiel Garay, uno de los cadetes que fue sometido a un excesivo entrenamiento por los instructores de la Escuela de Policía de La Rioja.
El procedimiento fue realizado por los médicos forenses Luis Díaz Brizuela, Aníbal Magno y la policía judicial Furrer. Como perito de la parte querellante estuvo el doctor Marcelo Cáceres y por la defensa Paola Herazu. Más tarde, el cuerpo del joven de 18 años fue trasladado a la localidad riojana de Portezuelo, donde es velado este domingo desde las 18 horas.