Nutricionistas aseguran que la base principal de cualquier plan de alimentación deberían ser los cereales, las verduras y las frutas.
La mayoría de los cereales están compuesto por fibras, que son aliadas de la salud. Algunos de los beneficios que aportan: barren las toxinas del intestino, previenen la formación de várices, benefician en el tratamiento de la diabetes, previenen el cáncer de colon, pueden reducir el nivel de colesterol en sangre y aceleran el transito de alimentos a través del cuerpo.
Hay dos tipos de fibras: las solubles y las insolubles. Las primeras son las que se disuelven en agua, se encuentran en el salvado de avena y en las legumbres, reducen la absorción de azúcar, grasas y regulan la función intestinal. Las segundas son las que no se disuelven en agua. Están en el salvado de trigo, en las semillas comestibles, en los panes y cereales integrales.
Los profesionales de la salud aconsejan incluir cereales fortificados con vitaminas y minerales para que el organismo funcione correctamente durante todo el día y para aportarle energía.
Fuente Sociedad Argentina de Nutrición