Una gran cantidad de pirotecnia que debía ser lanzada en un show de 15 minutos fue detonada en pocos segundos, lo que dejó dos heridos y obligó la evacuación de miles de personas que esperaban la llegada del 2018 en la playa australiana de Terrigal.
Dos operarios de los fuegos artificiales sufrieron heridas menores por el accidente, que en primera instancia lució mucho más peligroso, al salirse de control.