La mayor exposición al sol, el contacto con el agua y el incremento de la actividad deportiva durante la primavera y el verano contribuyen a aumentar las infecciones oculares.
Una de las afecciones más comunes es la conjuntivitis. Es un cuadro fácil de tratar, señalan los oftalmólogos, pero hay que evitar el contagio.
Cuando un paciente tiene conjuntivitis, sus síntomas son: ojo rojo, secreción, sensación de arenilla y, en algunos casos, fotofobia.
En los casos infecciosos, para evitar el contagio se recomienda lavar las manos frecuentemente con agua y jabón, evitar el contacto con los ojos, el contacto cara a cara con otras personas y no compartir las toallas, cambiarlas diariamente.
Oculistas coinciden en que un paciente con conjuntivitis no deben asistir su ámbito laboral hasta recibir el tratamiento médico correspondiente y el alta por un profesional de la salud.
La conjuntivitis dura entre siete y 14 días y es autolimitada, pero puede prolongarse hasta por tres semanas y causar complicaciones.
Entre las medidas que recomienda la Organización Mundial de la Salud, están:
Lavarse las manos frecuentemente.
Utilizar lentes con protección UV.
No compartir toallas ni almohadas.
Cambiar las sábanas regularmente.
Ante cualquier molestia en sus ojos, visitar a su oftalmólogo de confianza.
Fuente Organización Mundial de la Salud.