Nutricionistas aseguran que el desayuno es una de las comidas más importantes del día. Su consumo regular está asociado a mejoras en el rendimiento físico e intelectual.
Desayunar se considera un marcador positivo en la prevención de la obesidad infantil.
Un buen desayuno debe tener, dentro de las posibilidades: leche, yogurt, quesos que son los que aportan proteínas y calcio. Una porción de carbohidratos; es decir, pan integral con semillas, cereales, una fruta – siempre que sea posible.
Aunque muchos la teoría la saben perfectamente, resulta que por falta de tiempo o no tener hambre cuando nos levantamos, las personas omiten el desayuno.
Es clave comenzar el día ingiriendo nutrientes que nos ayudarán a mantenernos saludables y con el peso adecuado. Los minerales, las vitaminas, el zinc, el calcio y el hierro nos ayudarán a tener un mejor rendimiento intelectual y prevenir enfermedades.
Lo ideal es trasmitirle este hábito a los más chicos para que lo mantengan a lo largo de la vida.
Fuente Sociedad Argentina de Nutrición