Tras su llegada desde las islas Malvinas, la Comisión Provincial de la Memoria de Buenos Aires habló de amenazas y agresiones. Aseguraron que no lograron interactuar con los habitantes y sospechan que se trató de un grupo organizado.
Los integrantes de la Comisión Provincial de la Memoria de Buenos Aires denunciaron este sábado que recibieron un trato hostil durante la semana que permanecieron en Malvinas.
Al mismo tiempo ratificaron la denuncia sobre la presencia militar británica en las islas.
En declaraciones a la prensa, los 14 miembros de la comitiva dijeron haber recibido un trato hostil en las islas y no haber podido lograr interactuar con los habitantes.
La referente de Madres de Plaza de Mayo línea fundadora Nora Cortiñas dijo que las sensaciones más fuertes del viaje las tuvo en los lugares donde los combates de 1982 fueron más cruentos: «Puntos tan duros, tan inhóspitos, me imagino todas las que habrán pasado. Fue terrible ver eso y hay que seguir buscando justicia.
«Vamos a volver. Es la tierra nuestra y algún día vamos a poder ir sin necesidad de pasaporte», concluyó.
Los integrantes de la comisión estuvieron alojados en el hotel Malvinas House, donde dijeron que no se los molestó, pero sí tuvieron problemas en otros lugares. «Conmigo quisieron tener una pelea (…) a Pérez Esquivel lo amenazaban a cada rato y esas cosas», agregó la psicóloga Susana Méndez.
El sacerdote José Di Paola, Padre Pepe, dijo que fueron tratados «hostilmente por grupos. Creo que hay un grupo muy armado, organizado, de parte del grupo político ligados al gobierno de allá, que han impedido el vínculo que podamos tener como correspondía. Hubo también ciertas provocaciones en las que nunca hemos caído (…) y eso impidió un buen trato, una buena relación; pero iniciamos un camino, que va a llevar mucho tiempo, pero lo iniciamos».
«Conmigo quisieron tener una pelea (…) a Pérez Esquivel lo amenazaban a cada rato y esas cosas»
El premio Nobel de la Paz y titular del Servicio de Paz y Justicia, Adolfo Pérez Esquivel, dijo haber sufrido «agresiones verbales» por parte de los isleños y haber visto letreros que afirmaban que «no eran bienvenidos» en el lugar.
Agregó que el contingente argentino también sufrió una denuncia por parte de una residente chilena, que los acusó por el supuesto despliegue de una bandera argentina.
Además se constató la vandalización de las instalaciones del cementerio argentino de Darwin y la rotura de la imagen de la Virgen de Luján allí emplazada.