La familia del riocuartense que quedó en estado vegetativo tras ser colisionado por un policía que manejaba ebrio por las calles de Córdoba reclamó por Justicia.
«Tomás Beck quedó en estado vegetativo y el policía que lo atropelló está libre» afirmó en diálogo con La Nueva Mañana de Córdoba la madre del joven embestido el 3 de diciembre en el boulevard Chacabuco por el efectivo Manuel Mamani, hijo de un comisario.
“Soy una vikinga, un dragón enfurecido. ¡Mirá cómo era Tomy antes y mirá cómo está ahora! Tenía toda la vida por delante, estaba ahorrando porque quería ir a vivir a Suiza con el hermano. Era hermoso, trabajador, buen hijo, buen hermano y este tipo lo dejó en estado vegetativo”, denuncia Josefina Marconi, madre de Tomás María Beck.
Cuando Josefina dice ‘este tipo’ se refiere al oficial subinspector de la Policía de Córdoba Manuel Mamani, hijo de un comisario, y quien en la madrugada del 3 de diciembre -al regresar de una fiesta, con 2.5 de alcohol en sangre- perdió el control del Ford Focus que manejaba y se trepó a los canteros del boulevard Chacabuco, impactando contra la cabeza de Tomás.
Todos los huesos de la cara y de la parte superior de la cabeza de Tomás quedaron hechos pedazos. “Vos lo ves así y parece que los tuviera, pero es el cerebro que está inflamado”, explica Josefina.
Con la impunidad de los que se saben parte de una institución con poder, y según lo que aseguran testigos que estuvieron en el lugar, tras atropellar a Tomás, el policía Mamani, de 28 años, se bajó para ver cómo estaba el joven pero por el estado de ebriedad en el que se encontraba no podía siquiera hablar. «A los pocos minutos llegó un patrullero que le limpió el auto y lo sacó del lugar. Él se dejó llevar y nunca, ni una sola vez, se comunicó con nosotros para ver como seguía Tomy», dice Josefina.
Tomás quedo tirado en el medio del cantero del boulevard. La ropa que se había puesto para ir a trabajar estaba manchada de sangre. Sin saberlo, esa mañana fue la última que se vistió solo, que caminó hasta la parada de ómnibus, que habló, que fue él.
Seis horas después, Mamani, el policía hijo del comisario, fue detenido e imputado por lesiones graves culposas, según confirmó el fiscal Guillermo González, y trasladado a la cárcel de Bouwer. El 31 de diciembre -ni siquiera un mes estuvo preso- Manuel Mamani fue dejado en libertad.
Actualmente, Tomás se encuentra en estado vegetativo. Tuvo dos meningitis y una neumonía intrahospitalarias. Por el impacto sufrió fuerte traumatismo de cráneo y tórax, teniendo que ser intervenido quirúrgicamente seis veces. El pronóstico de los médicos es desolador y aún resta una cirugía más para reconstruirle la cabeza. Los médicos están esperando que su cerebro se desinflame para poder operarlo.
Tomás no habla, no camina, no piensa. En palabras de su madre “Tomy es un bebé vegetativo cuadripléjico”.