El yoga, una de las más antiguas prácticas saludables de la India, fue declarado hoy Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
La decisión fue tomada hoy durante las sesiones que el organismo realiza en Addis Abeba, Etiopía, desde el 28 de noviembre hasta mañana, 2 de diciembre, y consiste en sumar el yoga a la lista de patrimonios orales e inmateriales de la Humanidad.
«El yoga es una práctica que mejora la calidad de las energías vitales mediante la respiración profunda y acrecienta su circulación en las áreas glandulares», dijo Indra Devi, fallecida en 2002, quien fue la más importante impulsora de la disciplina en Occidente.
En un comunicado difundido en Nueva Delhi, el Ministerio de Cultura indio se congratuló por la decisión y recordó que la ONU ya había fijado en 2014, el 21 de junio de cada año como Jornada Internacional del yoga, según informó la agencia italiana ANSA.
Este año, para la fecha, más de 30.000 personas practicaron yoga en la localidad india de Chandigarh, en el noroeste del país asiático.
«Este es un día relacionado con la buena salud y ahora se ha convertido en un movimiento masivo del pueblo», afirmó en la oportunidad el primer ministro indio, Narendra Modi, frente a los seguidores en la explanada junto al edificio del parlamento regional, diseñado por el afamado arquitecto francosuizo Le Corbusier.
Tras su discurso, en el que quiso desligar el yoga del hinduismo al sentenciar que «no es una actividad religiosa», el primer ministro, habitual practicante y ferviente difusor de esta disciplina, practicó con la multitud varias posturas o «asanas».
En esta oportunidad, Chandigarh tomó la posta como eje central de los eventos del Día del Yoga que en 2015 logró un récord mundial de practicantes congregados en un solo acto al juntar a 35.985 personas en Nueva Delhi.
En el yoga, el «prana» -la energía que se obtiene con la inhalación del oxígeno- es primordial y durante la práctica llamada pranayama, el yogui dirige el flujo del prana hacia abajo, hacia el plexo pélvico, donde se mezcla con el apana, el aire que se encuentra en el intestino inferior.
Cuando el flujo del prana y del apana se juntan, el canal central de la columna vertebral, en la parte superior de la cabeza, se alcanza el samadhi, la iluminación, lo que es la meta de toda práctica yóguica.
Después de vivir gran parte de su vida en la India, Indra Devi, fundó una escuela de yoga en China y difundió la disciplina en Brasil, Uruguay, Paraguay, Chile, México, España y Alemania.
En Argentina, se radicó y vivió para impulsar la práctica hasta su muerte, a 17 días de cumplir los 103 años, el 25 de abril de 2002.
La noticia de que el yoga fue declarado Patrimonio de la Humanidad fue celebrado por la Federación Argentina de Yoga, cuya presidenta -Eugenia Salas- impulsa la decisión de llevar el yoga a las escuelas de todo el país.
«Por el momento, se ha avanzado en la firma de convenios con los Ministerios de Educación de la Ciudad de Buenos Aires y de cuatro provincias: San Juan, Mendoza, Chubut, y Santa Fe», dijo a Télam Miriam Bieladinovich, secretaria general de la institución.
La Federación, miembro del Comité Olímpico Argentino y de la Confederación Argentina de Yoga, cuenta con 40 asociaciones, 400 centros, y 10.000 profesores recibidos en la institución.
«Unas 85.000 personas toman clase en algunas de las asociaciones que la federación tiene en todo el país», precisó la secretaria de la federación, quien auguró un futuro con yoga como parte de la currícula escolar.
«Queremos propiciar la práctica de un yoga laico y lúdico para los alumnos de las primarias y secundarias de todo el país», completó Bieladinovich.
Para Graciela Meghinasso, fundadora de Filosofía y Arte para la Vida, una entidad que propone «un cambio e vida, el yoga es un estilo de vida, un camino que se abre a través de la meditación, la relajación y la respiración».
«El objeto del yoga es alinear la energía mental con la espiritual. No importa la edad, solo hace falta querer tener una mente clara, una atención perfecta, y un estado de concentración que posibilite no identificarse con los factores externos», señaló.