Crisis en Italia: Mattarella aparece como la figura clave tras la renuncia de Renzi

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El presidente de Italia tendrá como primera tarea la aceptación de la dimisión del primer ministro, dado que la coalición que encabeza el oficialista Partido Democrático aún tiene mayoría entre los 630 diputados y 315 senadores.
La consulta popular, en la que la posición sostenida por Renzi fue derrotada por el 59,1% de los votos, se centraba en la drástica disminución del tamaño y atribuciones del Senado, así como en la pérdida casi total de atribuciones administrativas de las provincias, que hubieran pasado a las regiones.
Según adelantó Renzi antes de conocer los números definitivos que rechazaron el cambio del régimen de «parlamentarismo perfecto», al que se considera origen de una permanente inestabilidad y demasiado caro, este lunes encabezará su último consejo de ministros y luego presentará su dimisión a Sergio Matarella en el Palacio Quirinale de la capital italiana.
Una vez formalizado el paso al costado que Renzi prometía casi desde su investidura en febrero de 2014 si su reforma era rechazada, la primera incógnita es si Mattarella aceptará la renuncia o si encargará al por estas horas aún primer ministro que trate de formar un nuevo gobierno, dado que la coalición que encabeza el oficialista Partido Democrático aún tiene mayoría entre los 630 diputados y 315 senadores.
En caso de que, como se espera, el presidente acepte la dimisión del primer ministro, la lista de posibilidades aumenta e incluyen una convocatoria a un gobierno técnico de transición, un llamado a nuevas elecciones o la designación de un ejecutivo que complete el mandato de Renzi, previsto originalmente hasta mediados de 2018.
Renzi, de 41 años y en su cargo tras un acuerdo parlamentario el 22 de febrero de 2014, había convertido en una suerte de plebiscito sobre su gestión la reforma con la que esperaba reducir los costos de la política y agilizar los procesos legislativos a través de la reducción de las funciones y miembros del Senado entre otros puntos.
En el caso de que el presidente decida convocar a un nuevo gobierno, el ministro de Economía Pier Carlo Padoan y el titular del Senado Pietro Grasso aparecen como los favoritos.
Padoan, de 66 años, aportaría un buen canal de diálogo con la Unión Europea (UE) que aparece como crucial en la previa del G7 que Italia hospedará el año próximo en Taormina, Sicilia.
Sin embargo, demasiado caracterizado como técnico, su falta de carisma puede jugarle en contra: sin ir más lejos, hace menos de un mes no supo responder en un debate televisivo cuánto salían un litro de leche o uno de nafta.
De todos modos, Padoan ya canceló su participación este lunes en un encuentro en Bruselas de sus homólogos de la Eurozona, en el que se tratará justamente el presupuesto de su país, para participar en la reunión final del gabinete de Renzi.
En la reunión de este lunes, los ministros de la Eurozona debaten la situación presupuestaria de sus 19 miembros de cara a 2017, sobre todo de aquellos en riesgo de incumplir los límites de déficit, como Italia y España, así como la de Grecia.
Se desconoce si Padoan acudirá al diálogo que mantendrán los ministros de Economía de toda la Unión Europea (UE) el martes.
Grasso, por su parte, a sus 71 años podría trasladar al Palazzo Chigi la muñeca con la que ha manejado la Cámara Alta desde un año antes de la asunción de Renzi. Siete años fiscal antimafia, la figura de Grasso podría reunir los consensos de los sectores más ortodoxos del resto de las fuerzas políticas, como el Fuerza Italia de Berlusconi.
Si en cambio Mattarella pide un llamado rápido a elecciones, como reclama más que nada el Movimiento Cinco Estrellas (M5E), el primer punto será decidir con qué ley electoral se harían los nuevos comicios.
La ley electoral vigente, aprobada en mayo pasado y conocida como «Italicum»; sólo prevé las elecciones para la Cámara de Diputados, ya que fue concebida con la hipótesis de que la reforma constitucional finalmente rechazada y que planteaba la reducción del Senado sería aprobada.
En esa dirección, un fortalecido M5E aseguró minutos después de conocida la renuncia de Renzi que para «no dilatar» los nuevos comicios podría aceptar usar la Italicum en lo referido a la elección de Diputados y la conocida como Consultellum para los miembros del Senado.
Las otras fuerzas opositoras a Renzi, como la Liga Norte de Matteo Salvini y Fuerza Italia, se han expresado en cambio por un llamado a elecciones pero luego de la discusión y aprobación de una nueva ley electoral.
Durante la campaña, el oficialismo insistía en la necesidad de la aprobación de la reforma para dotar de estabilidad a los gobiernos en una República país que ha tenido 63 gobiernos en los 70 años de existencia.
Con la dimisión de Renzi que se espera esta tarde, serán ahora 64 ejecutivos los que hayan pasado por el Palazzo Chigi.

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