Competirá en el Dakar 2017 sin piernas ni brazos

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Conocé la historia del francés Philippe Croizon. Perdió las extremidades y a los 48 años se le anima a la gran aventura con un buggy conducido con un joystick.

Historias que sólo el Dakar ofrece. Superación, perseverancia, fe… Demostrar que no hay imposibles… Philippe Croizon, que no tiene brazos ni piernas, se prepara para competir en la próxima gran aventura. A los 47 años, pretende manejar un buggy con un joystick, “como si fuese un videojuego gigante”, bromea este francés que hace 12 años se subió al techo de su casa a arreglar la antena y recibió una descarga eléctrica.

Milagrosamente salvó su vida, pero sufrió la amputación de las extremidades por las quemaduras recibidas. Tras numerosas intervenciones quirúrgicas, se recuperó. Tenía un solo sueño: nadar. Y de a poco, se le animó al agua. Y vaya si lo logró: cruzó a nado el canal de La Mancha y nadó en los cinco continentes. En Francia es todo un ídolo. De hecho, fue nombrado Caballero de honor de la Legión. Piletas llevan su nombre, es autor de tres libros y brinda charlas motivacionales.

Pero nunca es suficiente. Y va por otro objetivo: correr un Dakar. Lo hará en 2017, el que se largará en Asunción el 2 de enero y finalizará dos semanas después en Buenos Aires. En las últimas horas su historia se replicó en los medios europeos, desde la Tv francesa a la prensa española.

Conducirá un buggy adaptado. «Empezamos entrenando en circuitos. Luego, hice unos test en Marruecos. Hice el Rally de Orthez y la Baja Aragón. Allí conocí a mi nuevo copiloto, Stephane Duple. También me entrené física y mentalmente porque los rallies requieren resistencia y concentración en todo momento», afirmó según una publicación del diario español Marca.

Después de ir superando todas estas pruebas, sólo le falta una: el Rally de Marruecos. Y allí está para disputarlo estos días. «Va a ser una gran aventura. Encontraremos todo tipo de terrenos. Estoy deseando probarme a mí mismo y al coche», indicó Croizon.

No hay obstáculos cuando la fe motoriza ilusiones. Allí está el piloto francés, que salta de su silla de ruedas al buggy para enfrentar terrenos complicados, aunque pareciera que ninguno intransitable en la vida de Croizon.

 

Fuente: Carburando

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