El Primer Índice Nacional de Violencia Machista, una iniciativa del colectivo #NiUnaMenos, analiza a fondo todas las formas de hostilidad contra la mujer.
El 79% de las mujeres fue tocada alguna vez, sin su consentimiento, en el transporte público. El 76% fue descalificada en su opinión porque “qué se puede esperar, si es mujer”. El 69% de las mujeres tuvo miedo de ser violada al menos una vez. El 95% de las mujeres sintió haber estado en una situación que ameritaba una denuncia. Una de cada tres no se lo dijo a nadie.
Porque no solo lo físico -desde el golpe hasta el asesinato- es violencia. El maltrato a la mujer tiene muchas caras, muchas facetas, muchos grados de sutileza. Actitudes que están culturalmente naturalizadas y que, sin embargo, constituyen un ataque. El celoso que aisla a su pareja, el que fuerza la relación sexual, el que es controlador con el dinero, también está maltratando.
En suma, el 99% de las mujeres sufrió al menos una vez en la vida, una situación de violencia que involucrara a alguna de sus parejas.
Sobre esto -sobre la violencia en todos sus aspectos, desde los más obvios hasta los menos evidentes- trató la encuesta que estuvo on line entre el 3 de junio y el 3 de septiembre, en base a la cual se elaboró el Primer Índice Nacional de Violencia Machista, una iniciativa del colectivo #NiUnaMenos, que será presentado hoy 25 al mediodía en el Aula Magna de la Facultad de Derecho de la UBA. La encuesta obtuvo respuestas de 59.380 mujeres de más de 1.800 localidades de todo el país. En algunas zonas de baja conectividad, se acercó un cuestionario a la vieja usanza, para que ningún sector quedara afuera.
«Todas las mujeres tuvieron miedo alguna vez sólo por caminar en la calle, esa frase habla de uno de los primeros eslabones de una cadena invisible de machismos cotidianos», indican las conclusiones de la encuesta, «El femicidio es la expresión más visible de estas formas de violencia más sutiles con las que niñas y mujeres conviven cotidianamente».
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De los quince indicadores de violencia planteados en la encuesta, en 9 la incidencia de esas situaciones supera el 75%, y en ninguno el porcentaje de casos es inferior al 47%. Los indicadores fueron agrupados en cinco ejes: experiencias de acoso, estigmatización y discriminación, violencia en el contexto de la pareja, violencia obstétrica y respuesta del entorno y del Estado elaborados cada uno a partir de preguntas de situaciones concretas.
De estos, lo referido al acoso fue el indicador más prevalente: el 97% de las entrevistadas fue acosada física o verbalmente alguna vez, el 75% fue directamente tocada o apoyada por un hombre y, de ellas, el 71% padeció la situación más de una vez. La estigmatización también es excesivamente frecuente: el 92% sufrió alguna de estas situaciones siendo los más frecuentes el miedo a ser atacada físicamente (79%), a ser acosada (73%) y a ser violada (69%).
El 84% de las encuestadas sufrieron alguna situación de discriminación tanto en ámbitos públicos como en privado; el 32% fue excluida de decisiones que afectan al conjunto de la familia, y a una de cada cinco le fue negada una oportunidad laboral por ser mujer. En referencia a la violencia en el contexto de la pareja, se presentaron once subtipos de indicadores; el más frecuente tiene que ver con aislamiento, presente en el 95% de las encuestadas, siendo los celos y el cuestionamiento a quienes la rodean las dos situaciones más frecuentes con una incidencia del 62%.
En segundo lugar se halla la desvalorización, presente en el 93% de las respuestas, indicador en el que los insultos durante una discusión (75%), la descalificación (que te trate de torpe, inútil o mala haciendo una actividad, el 71%) o la burla por las actividades o gusto (70%),son las situaciones más frecuentes. El 84% tuvo alguna episodio de ‘control’ por parte de sus parejas como, por ejemplo, ser indagadas sobre «qué hacía, dónde iba o con quién hablaba» (66%).
Las intimidaciones y amenazadas estuvieron presentes en el 76% de las encuestas, y en el 59% de los casos, la pareja de la encuestada la responsabilizó a ella por alguna actitud violenta de él. El 86% de las mujeres o mujeres trans vivió una situación que la encuesta englobó bajo el nombre de violencia ambiental, y contempla hechos como patear una pared, mueble o puerta (71%), o generar situaciones de conflicto en momentos importantes para la entrevistada (52%).
Las situaciones de violencia sexual en la pareja también son frecuentes: en el 68% de los casos las entrevistadas fueron víctimas de imposición sexual (al 46% le dijeron que no era normal por negarse a tener sexo y el 42% fue insultada por lo mismo); en tanto un 17% fue violada por su pareja.
3 de junio: la marcha #NiUnaMenos
Las formas de maltrato físico, presentes en el 67% de las entrevistadas, se traducen en hechos concretos como empujones (58%), cachetadas (40%) o directamente golpes de puño (30%). El 56% fue víctima de violencia emocional, como que ataquen o insulten a seres queridos (41%) o que rompan objetos importantes para ella (33%); en tanto el 47% sufrió violencia económica y el 48% contra la libertad reproductiva, siendo los golpes durante el embarazo la respuesta más incidente (28%).
El 95% de las entrevistadas sintió alguna vez que estaba ante una situación que requería realizar una denuncia por violencia machista; de ellas, sólo el 21% pudo formalizar su denuncia en la comisaria, el 7% intentó pero no se la tomaron y el resto evaluó que no iba a ser tenida en cuenta; en tanto una de cada tres encuestadas no comentó a nadie la situación.
Finalmente, «en los indicadores de violencia más frecuentes la situación se ha producido en más de cinco ocasiones, lo que demuestra que no se trata de casos aislados y ocasionales», concluyó el informe.