El libro, editado por Sudamericana, plantea un doloroso recorrido por la vida de los hijos de la violencia política en Argentina.
“Una memoria polifónica, no binaria”. Aferradas a esa premisa, las periodistas Carolina Arenes y Astrid Pikielny se sumergen en los socavones del infierno para rescatar de sus profundidades a los hijos de los sobrevivientes. Sobrevivientes en el sentido más amplio del término: sobrevivientes del terror, de las víctimas, del exilio, pero también de la convivencia con los monstruos, los torturadores, los apropiadores. En palabras de las autoras, se trata de hurgar en la historia personal de los huérfanos de la violencia “sin colar de contrabando la teoría de los dos demonios, ni poner en discusión la legitimidad de la Justicia, ni homologar heridas (¿quién puede medir el dolor?) ni mucho menos responsabilidades ante la ley, cuando la naturaleza del crimen de Estado ha quedado inequívocamente establecida desde el Juicio a las Juntas, en 1985”. El resultado de esa búsqueda es un libro conmovedor, donde el relato de los hijos –herederos forzosos de la violencia- convive en un extraño híbrido textual de 23 capítulos que se lee con la respiración contenida y el corazón estrujado.
Con rigor profesional, sensibilidad humana y honestidad intelectual –requisitos poco frecuentes en el devaluado periodismo de nuestros días-, las autoras se despojan de prejuicios y preconceptos para cumplir acabadamente con el sagrado rito profesional del buen periodista: escuchar. Así, escuchando, preguntando, ubicándose en un discretísimo segundo plano, logran que sus entrevistados se conmuevan, se sinceren, se pregunten. El resultado son una serie de testimonios conmovedores, profundos, sentidos, dolorosos, contradictorios y, sobre todo, sinceros. Los hijos lloran, putean, especulan, explican, imaginan, sueñan. Expresan su dolor, su odio, sus miserias, sus frustraciones. Hablan y son escuchados con atención, en algunos casos, por primera vez.
Salvo el discordante relato extrañamente frívolo y por momentos sobrador del hijo del filósofo León Rozichner –Alejandro, hoy asesor del presidente Mauricio Macri-, los testimonios que conviven en “Hijos de los ´70” constituyen piezas periodísticas de alto vuelo. Las autoras logran que los entrevistados se desnuden, muestren sus heridas y expliquen –se expliquen- cómo hicieron para sobreponerse –o no- a una historia trágica que no buscaron, pero de la que, a su modo, también fueron –son- protagonistas.
Fuente: Revista el Sur