En el día del cumpleaños del homenajeado, Rosal, Melina Moguilevsky, Jalfin y Los Alquimistas, Lucio Mantel, Santiago Vázquez, Javier Maldonado, Tatadios con Florencia Ruiz como invitada, ChauCoco! y Alfonso Barbieri ofrecieron lecturas de famosas canciones que no sólo no hicieron extrañar a las originales, sino que permitieron un acercamiento desde otros lugares, al punto de realzar una obra que resiste cualquier formato.
Es que cada uno de los músicos realizó interpretaciones desde su particular estilo, en cruces que aportaron elementos del folk, el pop, el jazz y el tango contemporáneo, a las ya de por sí ricas composiciones de Charly García.
Estos mismos protagonistas fueron quienes animaron las cuatro fechas anteriores de esta celebración, en la que en cada una se repasaron algunos de los discos más emblemáticos de García, con algunas licencias que permitieron también echar mano a alguna canción de otra álbum no incluido en esta revisión.
De ese modo, se revisitó “Confesiones de invierno”, de Sui Generis; “Peperina”, de Seru Giran; y “Yendo de la cama al living” y “Piano Bar”, de su etapa solista.
María Ezquiaga, al frente de Rosal, abrió la noche con un intimista set acústico de guitarras, con el que interpretó “Necesito tu amor”, “No se va a llamar mi amor” y “Love is love”, en un combo que permitió poner la lupa en las letras y en algunos motivos musicales escondidos en las intensas melodías.
Acto seguido, Melina Moguilevsky, con brazalete de Say No More en el brazo, se hizo cargo de las emotivas “Cinema Verité”, “Adela en el Carrousel” y “Plateado sobre plateado”, en tres preciosas versiones que combinaron la dulce voz de la cantante con la fuerza de la banda.
El anfitrión de la noche, Darío Jalfin, y su banda Los Alquimistas le aportaron sonidos de jazz a la noche, sobre todo por la combinación de arreglos de clarinete y flauta, en sus lecturas de “Ojos de video tape”, “Nuevos Trapos” y una refinada “Peperina”, uno de los puntos musicales más altos de la velada, con una engañosa introducción que citó a “De mí”.
La primera parte del show cerró con Lucio Mantel, que con una banda bien guitarrera recreó el espíritu rockero del disco “Piano Bar”, con eléctricas revisiones del tema que da título al disco, “Promesas sobre el bidet” y “Demoliendo hoteles”, con una batería que en vez de apelar al famoso machacante beat del original, optó por un ritmo marchoso.
Tras un breve intervalo, Santiago Vázquez abrió la segunda parte con versiones tribales de “Rezo por vos” y “Ángeles y predicadores”, acompañado por un berimbau, con lo que logró una conexión con el estado más puro de esas composiciones.
Si hasta el momento, todos los artistas habían elegido composiciones de los años ´80 en adelante, cuando García ejercía como nadie el rol de gran lector de la realidad, Javier Maldonado repasó canciones de Sui Generis, y no pudo evitar trazar un paralelo entre varias de esas letras y el actual momento del homenajeado.
En ese tono, casi como cantadas directamente para él, Maldonado versionó “El tuerto y los ciegos” y “Confesiones de invierno”, con el oportuno cambio de letra que lo llevó a recitar “la fianza la pagó Palito” (Ortega), en obvia alusión al papel jugado por el cantautor tucumano en los cuidados de salud de Charly. Para luego, dar un salto en el tiempo, y cerrar con “Influencia”, composición de Todd Rundgren, que le cae al dedillo al homenajeado.
“Tatadios”, con Florencia Ruiz en la voz, abordaron en tono de tango contemporáneo, el “Lado A” de “Yendo de la cama al living”, con este tema, “Superhéroes”, “No bombardeen Buenos Aires” y “Vos también estabas verde”; ChauCoco! siguió con “Canción del 2 por 3”, “Yo no quiero volverme tan loco”, en una versión cercana a la de Seru Girán, y “Say no more”.
El cierre fue a puro rock, con Alfonso Barbieri, quien en tono incendiario abordó “Mr. Jones”, “Tribulaciones, lamento y ocaso de un tonto rey imaginario o no” y la más reciente “No importa”, previo recuerdo con audio del momento en que Charly mantuvo hace varios años un picante cruce verbal con el periodista Jorge Lanata.
Todos juntos, con Darío Jalfin al piano, y la ayuda del público, entonaron “Inconsciente colectivo” a modo de cierre de un ciclo que, a juzgar por el tamaño y valor de la obra del homenajeado, podría no haber tenido nunca fin. Telam