Entregan muñecos que tienen un pañuelo en la cabeza a niños enfermos de cáncer

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Telam – La fundación española Juegaterapia, que trabaja con niños enfermos de cáncer, entregó este mediodía en la Casa y el Hospital Garrahan ochenta «baby pelones», muñecos sin pelo y con un pañuelo en la cabeza que apuestan a normalizar el cambio físico que sufren los niños durante los tratamientos oncológicos.
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Creados en 2014, esta simpática colección de diez muñecos con bandanas coloridas en la cabeza diseñadas por famosos de la talla de Shakira o Alejandro Sanz, tiene como objetivo reducir el estigma social de los niños con cáncer y colaborar a establecer empatia con los pacientes.
«Trabajamos con niños enfermos de cáncer en hospitales. En España el 80 por ciento de los chicos se cura pero el tratamiento es largo, fatal, y el tema del pelo los afecta muchísimo», explicó a Télam Lourdes Amayas, responsable de comunicación de Fundación Juegoterapia.
«Hasta que a nuestra presidenta Mónica Esteban se le ocurrió algo que no tuviera pelo pero que aún así continúa siendo hermoso, lo más lindo del mundo», agregó sobre origen del juguete que lleva vendidas más de 300.000 unidades en toda España.
Así se crearon estos muñecos que se entregan como donación en hospitales con pacientes oncológicos o se comercializan a 11,59 euros que luego se destinan íntegramente a la investigación de cáncer infantil y la concreción de proyectos de la fundación.
«La primera reacción de un niño en tratamiento es de identificación, de relevar que el juguete es calvo como ellos y luego, casi todos terminan jugando a ponerles vendas, darles remedios, inyecciones, hacerles estudios: es una forma de canalizar y normalizar las cosas que les suceden a ellos mismos en el cuerpo», explicó Amayas.
Luego, con el dinero recaudado, el siguiente proyecto de Juegoterapia es la construcción de jardines en las terrazas de los hospitales para que los niños que tienen la posibilidad de salir al aire libre -pero no de estar en contacto en lugares demasiado poblados- puedan disfrutar de un jardín al sol.
En sus orígenes, la base del trabajo de la Fundación eran los videojuegos: retiraban consolas en desuso y las acondicionaban para llevarlas a las habitaciones de oncología pediátrica de los distintos hospitales de España.
«Con un videojuego -apuntó- un niño calvo dentro de un hospital se puede convertir en un guerrero o una chica poderosa. Está comprobado que el juego los ayuda a sentir menos dolor, menos angustia y que el tiempo del tratamiento, que por lo general es largo, se pase volando».
Y aseguró que «un niño feliz y contento enfrenta las pruebas, colabora más con el personal médico y tiene mejores defensas».

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