La ceremonia de clausura fue en el imponente estadio Maracaná, el mismo que se utilizó en la fiesta de apertura. Dentro de cuatro años, la cita será en la ciudad japonesa de Tokio.
Los primeros Juegos celebrados en Sudamérica tendrán un cierre para «mostrar lo mejor del brasileño, su alegría. Será una hermosa fiesta», auguró Abel Gomes, productor ejecutivo de la ceremonia.