Rosario Fútbol Club, el proyecto social que nació con el objetivo de contener a través del deporte a más de 200 chicos y jóvenes de barrios vulnerables, se encuentra al borde de su partido final.
El predio que utilizan detrás del Viejo Hospital se convertirá en un proyecto inmobiliario y la propuesta se quedará sin sede para la actividad recreativa de los niños.
Además, no cuentan con subsidios ni fondos oficiales para afrontar el costo de una propuesta fundamental para evitar la marginalidad y el ocio entre los beneficiarios.
Carlos Gariboglio, coordinador del club, admitió conmocionado que la falta de respuestas a sus reclamos genera serias dificultades para la continuidad del trabajo social que realizan.