El cuerpo de Marito Salto fue hallado descuartizado en un basural. Miles de personas marcharon en la localidad de Quilimí para pedir justicia.
Inicialmente cuatro hombres fueron demorados, aunque uno de ellos ya fue liberado, tras la investigación por el aberrante crimen de Mario Agustín Salto, el niño de once años que fue violado, estrangulado y descuartizado en la localidad de Quilimí, Santiago del Estero.
las detenciones se produjeron luego de los testimonios y contradicciones de tres de ellos, dos jóvenes y un hombre mayor. Ante «las dudas», el juez a cargo del Juzgado en lo Criminal y Correccional de IV Nominación, Miguel Angel Moreno, los demoró.
Mario Agustín desapareció el martes en horas de la siesta cuando salió de su casa para ir a pescar a una represa cercana. Había pasado a buscar a un amigo en su bicicleta, pero éste no se encontraba por lo que fue solo. Las cámaras de seguridad la muestran andando en su bicicleta portando una caña. Desde ese momento no se volvió a saber nada de él hasta el jueves en la mañana, en que un vecino lo halló en un camino vecinal al costado de la ruta, donde los perros se disputaban sus restos.
Tras una autopsia que se extendió por más de cinco horas, la junta de médicos forenses logró determinar que el niño fue víctima de un abuso sexual y que para matarlo lo estrangularon en forma mecánica.
Las conclusiones surgen de un informe preliminar a cargo de la investigación del crimen que conmociona a los más de 24.000 habitantes de Quimilí, población rural del departamento Moreno ubicada a 190 kilómetros al sureste de la capital provincial.
El juez Moreno caratuló la causa como «violación seguida de muerte» en perjuicio del niño popularmente conocido en la zona como «Marito».
Los peritos que accedieron al cuerpo del menor advirtieron algunas características que hacen suponer que estuvo refrigerado, lo que seguramente surgirá de la ampliación de los los exámenes.
La sospecha principal es que «Marito» fue asesinado y más tarde descuartizado con un elemento filoso, similar a los cuchillos que se utilizan para faenar animales.
En la localidad de Quilimí, 12 mil personas marcharon con antorchas para pedir justicia.
«A mi hijo no me lo van a devolver con vida, pero que detengan a los asesinos y quiero justicia para él», dijo Mario Salto, padre biológico del niño.