El día después de un resultado electoral histórico, que irrumpió en la matriz política riocuartense, Pablo Carrizo volvió a La Cava y Cola de Pato. El candidato de la villa tendrá banca parlamentaria.
«Los políticos tradicionales no daban respuestas y nos preguntamos: ¿por qué no nos animamos nosotros? Tantos años de vivir acá nos ha enriquecido. Acá se ven las necesidades fundamentales, se descubren cuáles son las prioridades de Río Cuarto. Acá descubrir que no es prioridad hacer un puente, romper la plaza Olmos y reformar el Boulevard», describió.
Pablo, quien abandonó la comodidad de una casa de clase media en Bimaco para convivir con la realidad marginal que busca cambiar en Cola de Pato, añadió que en el sector «hay niños que para ir al colegio se tienen que lavar la cara en un pico de la vereda»
«Acá descubrís que se llueven los techos, que el colchón es dormir casi sobre las maderas, las zapatillas rotas», resaltó.
Pablo enfatizó que «no queremos más el político de la oficina y el cafecito, necesitamos que la realidad nos enriquezca y de allí nos vamos al Concejo a deliberar»
«Queremos cumplir con los mejores proyectos de Juan Manuel y que Juan Manuel nos ayude a cumplir nuestros proyectos. Lo principal es el trabajo para la gente, que cada vecino pueda conseguir lo que necesita con trabajo. Esa es la principal acción social que debemos asumir para los papás y para las mamás, que muchas veces son violentadas y se quedan solo con sus hijos», subrayó.
El concejal electo precisó que en «menos de 3 años voy a volver a trabajar en el Hospital»
«Hay que volver al trabajo, no se puede ser político toda la vida. En un año y 4 meses, cuando vuelva al barrio, quiero la misma realidad que ahora: que todo el mundo me salude y me abrace. Mantener el cariño», destacó.
Imágenes de su vuelta al barrio
Entrevista completa
En instantes
Lección política
Pablo Carrizo brindó una lección de política y coherencia que rompió con el bipartidismo y le permitió consolidar a Respeto como una opción parlamentaria y en el Tribunal de Cuentas. Actuando como piensa, Carrizo simplemente se revalidó en su matriz de dirigente barrial, comprometido con los más humildes y apostando a una campaña sin cargas publicitarias, donde se mostró pintando edificios públicos y garitas de colectivos, arreglando plazas, construyendo rampas para discapacitados ó tapando baches.
Sus acciones se multiplicaron en las redes sociales, donde se lo veía, además, contando sus propuestas arriba de un colectivo. Los riocuartenses encontraron en Pablo la variable para expresar su malestar con la gestión de Juan Jure y la necesidad de buscar referencias distintas a los partidos tradicionales.
«Estoy muy contento, que la gente confíe: no le vamos a fallar. Se lo dedico a todos los pobres de la ciudad y a los niños que la pasan mal», resaltó emocionado.
Añadió que «hacían faltas políticos obreros en Río Cuarto, que vengan de abajo».