La Selección juegará esta noche desde las 22.30 frente a los «canaleros». Los dirigidos por el Tata Martino contarían con su capitán, quien estuvo ausente en el debut por una lesión en la espalda.
Este encuentro correspondiente al Grupo D se iniciará a las 22.30 de Argentina (20.30 locales) en el estadio Soldier Field, de Chicago (capacidad para 67.000 espectadores), con el arbitraje del salvadoreño Joel Aguilar.
Y si bien no pareció extrañarlo demasiado el equipo a Messi en el primer juego, por la victoria en sí pero sustancialmente porque el funcionamiento «fue el mejor de los tres últimos partidos jugados ante Chile», según confió hoy el propio entrenador, Gerardo Martino, «contar con él en la cancha es tener ventaja de arranque», advirtió el capitán ante la «Roja», Javier Mascherano, quien le devolverá la cinta a «Lío».
«Messi va a ser titular mañana ante Panamá», aclaró el ‘Tata’, en una inédita confirmación pre partido a la que no acostumbra el técnico rosarino, que por lo demás terminó anticipando a los otros diez que vencieron por 2 a 1 a los chilenos.
Claro que en esta oportunidad y dadas las características del rival, será «el triángulo del medio» el que cambiará su punta, ya que en vez de estar con esta hacia arriba, lo estará hacia abajo.
Esto es entonces que frente a los de Juan Antonio Pizzi se pararon Javier Mascherano y Augusto Fernández como un doble cinco, formando la base del tríángulo, y Ever Banega por delante, detrás del ‘nueve’, Gonzalo Higuaín.
Ahora en cambio se quedará Mascherano solo como un ‘cinco’ clásico, Fernández se abrirá hacia la derecha para recorrer más la banda como lo supo hacer en Vélez o en Celta de Vigo (en Atlético Madrid juega como lo hizo el lunes en el Levi’s Stadium, de Santa Clara) y Banega se correrá más sobre la izquierda, para darle un criterio más ofensivo al equipo desde la propuesta.
Claro que respecto del partido anterior no estará Nicolás Gaitán, que frente a Chile no jugó «de Messí», sino bien abierto por los laterales, siendo importante en el retroceso. Ahora su lugar será justamente para «Lío», lo que les ofrecerá variantes a todos quienes lo rodean, empezando por Fernández, quien de movida será el que estará parado más cerca suyo.
Ante esto, Panamá buscará competir desde el resguardo defensivo y el combate en la mitad de la cancha, para lo que el técnico Hernán Darío Gómez propondrá un 4-1-4-1 para lo que saldrá un delantero, Gabriel Torrres, quien acompañó al goleador Blas Pérez en el 2 a 1 sobre Bolivia en el debut en Copa América, e ingresará un volante con despliegue y llegada, Valentín Pimentel, quien puede ser más efectivo en el retroceso.
Pérez fue el autor de los dos tantos antes los bolivianos y será el único punta, mientras que el ex Godoy Cruz, de Mendoza, Armando Cooper, se parará como único volante por el medio, entre las dos líneas de cuatro, aunque por características es un jugador más ofensivo.
Es que el «Bolillo» intentará sumar piernas pero, fiel a su esencia de entrenador colombiano ex ayudante de campo de Francisco «Pacho» Maturana, no querrá resignar fútbol a la hora de tener la pelota e intentar lastimar a Argentina con transiciones rápidas y profundizaciones por las bandas.
Está bien posicionado Panamá para este juego después de la victoria inicial, y aunque desde el técnico hasta los propios jugadores ven como una quimera la clasificación a los cuartos de final, aún sucumbiendo ante los argentinos contarán después con una bala de plata en la tercera y última fecha ante Chile.
Argentina en cambio transita por un lecho de rosas dada las calidades de sus dos próximos rivales, y sobre todo después de haber llegado aquí con la tranquilidad de haberse reposicionado en la eliminatoria mundialista, aunque lo más importante para este viernes está descontado: vuelve Messi, y la Copa América Centenario cobra vida, aunque la trascendencia del partido no vaya en consonancia con eso.
Es que Messi está hoy en las tapas de los diarios de Chicago y en los afiches que promocionan el certamen en esta sede, por encima de la competencia propiamente dicha.
Por lo tanto, en esta oportunidad, como nunca, «vuelve Messi» es un título que invalida todo lo demás y alivia a la organización de un torneo que lo tiene a él como el mascarón de proa de un fútbol al que le cuesta instalarse en el alma de los estadounidenses.