El crack rosarino fue abordado en el encuentro ante los Estados Unidos por un simpatizante que entró al campo de juego y le solicitó un autógrafo, ante la sorpresa de los efectivos de seguridad.
En ese contexto, Messi fue abordado anoche, antes del inicio del segundo tiempo ante Estados Unidos, por un joven que portó la camiseta del seleccionado argentino y le solicitó una autógrafo. El hecho fue simpático cuando el sujeto hizo reverencias delante del jugador, arrodillado en el césped, como si fuese un dios, y luego, con la buena predisposición del rosarino, recibió la firma que pretendió desde el primer instante.
Tras su cometido, el hincha con la camiseta «albiceleste» fue perseguido por los hombres de seguridad quienes tardaron varios segundos hasta atraparlo.
Cuando el partido finalizó, otros individuos intentaron seguir el camino del afortunado que recibió el autógrafo y el abrazo en dos tiempos de Messi, pero fueron interceptados tras sus primeros pasos en la cancha.
Estos actos se produjeron sin consecuencias, hasta el momento, pero resulta inverosímil que en un país preparado para cuestiones de seguridad haya sufrido la intromisión de varios jóvenes a un campo de juego con la integridad física de los protagonistas en juego.
En Chicago, Messi fue víctima de otra falla en la seguridad cuando una fanática mexicana, Norma Briceño, lo tomó del brazo cuando descendió del micro luego de un entrenamiento ante la reacción tardía de la policía.
Resta la gran final de la Copa América Centenario, en New Jersey, donde se aguardará por una seguridad más férrea y acorde a la imagen de un país del primer mundo.