Según revela el diario británico The Telegraph. El Reino Unido enfrenta ahora un dilema político en el organismo internacional.
«La canciller Susana Malcorra ha recibido el respaldo de alto nivel tanto de la Casa Blanca como de Susan Rice, asesora de Seguridad Nacional del presidente Obama», cita hoy el dominical online del diario británico, que publica un análisis en profundidad sobre las posibles consecuencias de la elección de la actual canciller argentina al frente de la ONU.
Gran Bretaña mantiene una disputa diplomática histórica por las islas Malvinas, que el organismo internacional ha considerado favorable a la Argentina una y otra vez.
Según la publicación, los argumentos del presidente Mauricio Macri a favor de Malcorra -de 61 años- convencieron al presidente Barack Obama cuando estuvo de visita en Buenos Aires en marzo pasado, algo que fue visto como un intento de volver a ajustar las relaciones argentino-estadounidenses.
The Telegraph cita a una fuente política en Washington, que dijo que Malcorra -que lanzó tardíamente su candidatura el mes pasado- estaba siendo apoyada con entusiasmo por Rice.
Ambas mujeres han desarrollado una fuerte relación de trabajo entre el 2009 y el 2012, cuando Rice era embajadora de Estados Unidos ante la ONU, y Malcorra trabajaba como colaboradora muy cercana del actual secretario general, Ban Ki Moon, en las misiones de paz del organismo.
Para el diario británico, la candidatura de Malcorra amenaza con exponer los desacuerdos de larga data con los Estados Unidos sobre las Islas Malvinas.
Malcorra se reunió el 12 de mayo último en Londres con Philip Hammond, su par británico, en la primera reunión bilateral entre cancilleres en 14 años, y pocos días después el presidente Macri anunció formalmente la candidatura a la secretaría general de Naciones Unidas de su ministra. En ese viaje a la capital británica, en una entrevista a un diario local, Malcorra describió las relaciones bilaterales como 80% buenas y 20% malas, y agregó que con la cuestión Malvinas en entredicho «está claro por qué ese 20%”.
En 2014, la Cámara de los Comunes calificó la posición de Estados Unidos como «decepcionante». El año anterior, los kelpers habían ratificado por abrumadora mayoría en un referéndum -99,8% a favor- continuar bajo administración de Londres. Sir Nigel Sheinwald, el embajador británico en Washington hasta 2012, admitió entonces que la posición de la administración Obama «no era lo que queríamos».
El apoyo norteamericano a Malcorra es entendido como un movimiento diplomático para bloquear a la candidata búlgara, Irina Bokova, actual directora general de la Unesco, que es apoyada por Rusia. Pero al mismo tiempo parece ser otro desaire hacia Gran Bretaña por las Malvinas.
«Es una decisión muy difícil para el Reino Unido», dijo un diplomático británico en forma reservada. «Es obvia nuestra preocupación por tener a alguien al frente de la ONU que cree firmemente que las Malvinas deberían pertenecer a la Argentina.
Pero al mismo tiempo, Gran Bretaña no quiere dar la impresión de estar bloqueando una excelente candidata sólo por la afirmación de su país».
Gran Bretaña ha sido uno de los países que sostuvo con mayor énfasis el nombramiento de una mujer a la cabeza de la ONU, lo que ocurriría por primera vez en sus 70 años de historia.
El artículo concluye en que David Cameron respalda la candidatura de Malcorra en silencio, porque corre el riesgo de una reacción negativa del electorado, que sigue recordando los 255 muertos británicos en la Guerra de Malvinas en 1982.
Nueve de los once candidatos a la secretaría general de la ONU ya se presentaron desde abril ante la Asamblea General, en lo que constituye el primer proceso de audiencias públicas al máximo cargo del organismo. Malcorra se presentará este martes, y su exposición será seguida por el mundo diplomático en Nueva York, donde tiene su sede las Naciones Unidas.
La ONU en 1965 aprobó la resolución 2065 por la que reconoció la existencia de una disputa de soberanía entre Argentina y el Reino Unido por la soberanía de las Malvinas e instó a ambas partes a encontrar una solución pacífica a través de negociaciones bilaterales. El Comité de Descolonización reiteró el año pasado, en una resolución, su reclamo al Reino Unido para que entable negociaciones por la soberanía de las islas, una postura a la que Londres se niega en forma sistemática.