Más de 36,5 millones de personas están llamadas a elegir a 350 diputados del Congreso, que definirá al nuevo presidente del gobierno, y 208 senadores.
Los españoles votan hoy en las primeras elecciones generales repetidas de su historia, en las que está en juego la gobernabilidad de España tras el bloqueo político en el que quedó instalado el país en diciembre, cuando ningún partido obtuvo mayoría suficiente para gobernar.
Más de 36,5 millones de personas están llamadas a elegir a 350 diputados del Congreso, que elegirá al nuevo presidente del gobierno, y 208 senadores.
Las urnas abrieron a las 9 hora local (5 de Argentina) y cerrarán a las 20 horas (16 horas). A partir de ese momento se conocerán las primeras encuestas de boca de urna y comenzará el escrutinio.
La jornada «se está desarrollando con toda normalidad», informó en la primera rueda de prensa del día la secretaria de Estado de Comunicación española, Carmen Martínez Castro.
La repetición electoral tiene lugar en un contexto de hartazgo y decepción de los ciudadanos con sus dirigentes políticos, que fueron incapaces de formar gobierno, y por una alta volatilidad en el voto, debido al fin del bipartidismo y la entrada de dos nuevos actores políticos, el izquierdista Podemos y el liberal Ciudadanos.
Por eso, hoy más que nunca la clave estará en el voto de los indecisos, que rondan el 32% del electorado, y la movilización después de que en las pasadas elecciones de diciembre la abstención se situó en el 30%.
Dos factores sacudieron el final de la campaña y añadieron aún más incertidumbre a las elecciones españolas: la decisión del Reino Unido de dejar la Unión Europea, que abrió una crisis sin precedentes en el bloque; y un escándalo de conspiración contra dirigentes independentistas catalanes que salpica al actual gobierno.
Los últimos sondeos, anteriores a estos dos acontecimientos de última hora, confirman que el tradicional bipartidismo del Partido Popular (PP) y el Partido Socialista (PSOE) fue liquidado seis meses atrás y, por lo tanto, la pluralidad política no tiene vuelta atrás.
El presidente en funciones y líder del PP, Mariano Rajoy, volvería a ganar con un 30% de los votos, pero se quedaría lejos de una mayoría que le permitiera gobernar, como ya ocurrió el 20 de diciembre. Detrás se sitúa la coalición de izquierda Unidos Podemos, que relegaría al PSOE a un histórico tercer puesto y Ciudadanos, en cuarta posición.
«España será lo que los españoles quieran», aseguró hoy Rajoy tras votar en su colegio electoral de Madrid en medio de gritos enfrentados de «¡Presiden, presidente!» y «¡Sí se puede!» lanzados por los simpatizantes del PP y de Podemos, respectivamente.
El candidato del PP expresó su deseo de que la jornada se desarrolle con normalidad y que los españoles se vuelquen a las urnas para decidir a quién quieren que gobierne España en los próximos años.
Por su parte, Pablo Iglesias, candidato de Unidos Podemos, insistió con su mensaje de campaña al destacar que el cambio es posible y está al alcance de la mano.
«Se está consolidando un cambio en el sistema de partidos en España y volvemos a tender la mano al partido socialista», dijo en declaraciones a la prensa, tras votar en el barrio madrileño de Vallecas.
«Nosotros salimos a ganar, pero lo que conviene a España es un gobierno de coalición con el PSOE», insistió Iglesias.
«Pido una participación masiva, una participación altísima para entre todos decidir el futuro que le queremos dar a España para los próximos cuatro años y las próximas generaciones», afirmó, a su turno, el socialista Pedro Sánchez, quien confía en la movilización de su electorado para evitar el desastre que supondría quedar en tercer lugar.
Después de que no fuera posible la investidura tras las elecciones del pasado 20 de diciembre, Sánchez subrayó que «es muy importante que el próximo gobierno cuente con la máxima legitimidad posible».
«Y eso solo lo podemos hacer a través del voto, yendo a las urnas», remarcó Sánchez, que fue el último de los principales candidatos en votar y lo hizo en el municipio madrileño de Pozuelo de Alarcón.
En tanto, Albert Rivera, el líder de Ciudadanos, y el más madrugador de todos, apeló a los votantes «moderados» para sacar al país de la encrucijada en las que se encuentra y del bloqueo.
«España se juega muchísimo», subrayó tras votar en Hospitalet de Llobregat, en Barcelona.
«Nos jugamos un país de bandos, un país de extremos o uno que desde el centro y la moderación sea capaz de liderar una nueva etapa política», remarcó.
De producirse el »sorpasso» (adelantamiento) de Unidos Podemos al PSOE que pronostican las encuestas, Sánchez se encontraría ante una dilema de muy difícil resolución, puesto que deberá decidir si abstenerse para que siga gobernando el PP o aupar a Iglesias.
Ambas opciones se presentan como escenarios «imposibles» para Sánchez, quien en estas elecciones se juega su propia supervivencia política y el futuro del PSOE.
Rivera, que se mantiene en cuarta posición, apuesta por mejorar un poco sus resultados de diciembre para ser más decisivo en el escenario postelectoral.
Los españoles están obligados a votar a los mismos candidatos y propuestas, sin garantías de que el resultado vaya a ser distinto ni que los protagonistas vayan a cambiar de posición y evitar unas terceras elecciones.
Sin embargo, un nuevo fracaso en el actual momento sería inasumible, puesto que España sería el único país de la UE sin gobierno y con un gran agujero fiscal en plena transición de la salida del Reino Unido del bloque. De ahí que los partidos tengan más incentivos para pactar.