El papa Francisco llega a Armenia en una visita políticamente sensible

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Centrado en la «unidad de los cristianos» y los pedidos de paz en la región, el Papa llegó este viernes a Armenia con la expectativa puesta en ver si volverá a usar la palabra «genocidio» para referirse a la matanza de personas de ese país en 1915.

Francisco arribó al aeropuerto Zvartnots de Ereván para iniciar un viaje que culminará el domingo por la tarde cuando el Pontífice libere dos palomas blancas frente al monte Ararat, como símbolo de paz, en la última actividad de un viaje durante el que visitará un memorial del genocidio armenio y encabezará un multitudinario «rezo por la paz» en la Plaza de la República en la capital.

“Viaje al primer país cristiano” es el lema de la vista durante la que el Pontífice hizo hoy un fuerte llamado a la “unidad de los cristianos” y pidió por un “camino ecuménico fructífero”.

En esa línea, requirió la “unidad” entre los cristianos en un mundo que lamentó “marcado por las divisiones y los conflictos”, al tiempo que resaltó el «espíritu ecuménico” y recordó los puentes tendidos entre la Iglesia Católica y la Iglesia Apostólica de Armenia.

“Doy gracias al Señor por el camino que la Iglesia católica y la Iglesia Apostólica Armenia han recorrido a través de un diálogo sincero y fraterno, con el fin de llegar a compartir plenamente la mesa eucarística”, afirmó el Pontífice en su visita a la catedral armenia de Etchmiadzin, en sus primeras palabras en el país asiático.

“Que el Espíritu Santo nos ayude a realizar esa unidad por la cual pidió Nuestro Señor, para que sus discípulos sean uno y el mundo crea”.

“El mundo, desgraciadamente, está marcado por las divisiones y los conflictos, así como por formas graves de pobreza material y espiritual, incluida la explotación de las personas, incluso de niños y ancianos”, denunció Francisco acompañado por el Catholicós armenio Karekin II, la máxima autoridad de la Iglesia local.

Ese mundo, expresó Francisco, “espera de los cristianos un testimonio de mutua estima y cooperación fraterna, que haga brillar ante toda conciencia el poder y la verdad de la resurrección de Cristo”.

En ese marco, estimó que “el compromiso paciente y renovado hacia la plena unidad” es una “luz brillante en una noche oscura y una llamada a vivir también las diferencias en la caridad y en la mutua comprensión”.

En un renovado llamado a la unidad cristiana, el obispo de Roma destacó que “el espíritu ecuménico adquiere un valor ejemplar, incluso fuera de los límites visibles de la comunidad eclesial y representa para todos una fuerte llamada a componer las divergencias mediante el diálogo y la valorización de lo que une”.

Luego de haber denunciado la semana pasada en Roma la “persecución” que sufren los cristianos por profesar su fe en muchos lugares, el sucesor de Pedro pidió por un “camino ecuménico fructífero” y recordó que Armenia fue “la primera nación, desde el año 301, en acoger el cristianismo como su religión”.

Además, Francisco recordó los sucesivos gestos de encuentro entre las iglesias apostólicas y católicas en Armenia, y destacó “la intensificación de las relaciones y el fortalecimiento del diálogo entre nuestras dos Iglesias en los últimos tiempos” por sus predecesores San Juan Pablo II y Benedicto XVI y los del Catholicós Karekin II, Vasken I y Karekin I.

En 2015, Francisco habló de «genocidio armenio» para recordar el centenario de la matanza de casi un millón y medio de personas de esa nacionalidad por parte del entonces Imperio Otomano, lo que generó un altercado diplomático del Vaticano con Turquía que incluyó el retiro del embajador del país ante la Santa Sede.

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