Telam – El ministro de Energía y Minería alegó que los sucesivos aumentos de los combustibles, que acumulan 31% desde enero pasado, son por la necesidad de “evitar situaciones de despidos y proteger fuentes de trabajo del sector petrolero”.
En declaraciones a radio Mitre, Aranguren alentó además una discusión en el Congreso para morigerar el componente impositivo en el precio de las naftas, que hoy oscila entre 38 y 47%, dependiendo del producto de que se trate.
Los incrementos, explicó, se discutieron con la industria a principios de año, para “ir reflejando de forma gradual el impacto que había tenido el insumo principal, el petróleo crudo, con la corrección cambiaria a partir de la salida del cepo”.
El ministro recordó que el último aumento aplicado antes de la devaluación fue el día siguiente del balotaje, el 23 de noviembre, de 4,5%, cuando el tipo de cambio era de 9,68 pesos por dólar.
“A partir de esa reunión y ese acuerdo entre refinadores y productores -continuó Aranguren- el precio del crudo bajó 10% para acompañar el movimiento en el mercado internacional, pero el tipo de cambio pasó a 14,5 pesos promedio en lo que va del año, lo cual da un incremento de 35% para los combustibles”.
El titular de Energía afirmó que en lugar de disponerse un shock en enero, se aplicaron subas parciales que hoy totalizan 31%, y “se comparan con el incremento del costo de la materia prima en pesos”.
Aranguren cuestionó las políticas que mantuvieron el precio de los combustibles “muy bajo”, lo cual “desincentivó la inversión y generó condiciones para importar petróleo y derivados”.
“En un mercado libre -añadió- cuando hay una caída brusca del precio de los hidrocarburos desaparece la inversión, hay corrimientos en puestos de trabajo y desempleo en la actividad: es lo que pasó en el mundo”.
El ministro sostuvo que “acá se trató de amortiguar la caída de precios internacionales de hidrocarburos, especialmente en 350 a 400 mil familias de aquellas áreas productoras donde la actividad mueve la economía y los ingresos por regalías son importantes para las finanzas de cada provincia”.
Sobre el componente impositivo en el precio de los combustibles, el ministro polemizó con el ex titular del Palacio de Hacienda Domingo Cavallo, quien había comparado los valores internos y los de Estados Unidos.
“Allí los impuestos son de 12% y otro problema desde 2005 es que aquí los tributos se aplican ad valorem, es decir, no son fijos, cuando aumenta el precio en refinería también aumenta al consumidor”, señaló.
Aranguren recordó que los impuestos son nacionales, provinciales y municipales, y dijo que “tenemos que proponer un cambio en la política, para que sea contracíclica y amortigue oscilaciones bruscas en el precio de los hidrocarburos”.
“Para bajar impuestos necesitamos ir al Congreso y eso requiere un tramite parlamentario que demanda su tiempo: en la urgencia se buscó proteger fuentes de trabajo, y en función de algo ya discutido, hacer correcciones graduales», agregó.
La política sectorial, concluyó Aranguren, “no tiene que moverse de forma espasmódica; hoy recuperamos vasos comunicantes con el mundo y nunca más tenemos que desacoplarnos de esa paridad de precios”.