A 30 años de la creación de Doña Jovita, el personaje que lo convirtió en una referencia del humor inteligente en la Provincia, José Luis Serrano conjuntará su talento artístico nacido en Traslasierras con su otra pasión, la de especialista agronómo.
La Universidad lo convocó para que se convierta en anfitrión del XXV Congreso Argentino de la Ciencia del Suelo, en el que se debatirán los diversos problemas ambientales. El evento contará con la presencia de más de 400 científicos de todo el pais.
El lema del Congreso es Ordenamiento Territorial, un desafío para la ciencia del suelo, y en el acto de apertura surgirán temas como degradación de los suelos, uso de plaguicidas y ordenamiento de las actividades rurales y urbanas.
– Será anfitrión de un congreso universitario de expertos en conservación de suelos, ¿Como agrónomo, cuál es su visión sobre este encuentro de debate?
– Tuve el golpe primero de la fascinación. Que la Universidad ponga los ojos en uno es un verdadero privilegio. Es también un desafío porque debo responder a las expectativas, estar a la altura de la institución. No es fácil, pero es maravilloso.
– ¿Cómo se logran conjugar 40 años de Doña Jovita con esta pasión de ser agrónomos? ¿Cuál es el punto en común?
– Terminé los estudios y realicé la tesis para convertirme en agronómo. Lo que asimilé en el colegio agrotécnico de Traslasierras y luego en Formosa, en el límite con Paraguay, está metido muy dentro mio. Más que un conjunto de conocimientos está el concepto esencial del vínculo del hombre con la tierra. Mas allá del criterio productivista que pretende tener el oficio, me ha ayudado a pensar que hacemos con la tierra y la alimentación. Es una preocupación humana y un regalo de la vida haber estado en un colegio agrotécnico. La informaicón integral, sin la tendencia meramente urbana, me permite tener una visión más sana de la problemática que hay en el mundo.
– ¿Qué piensa del trato que hoy hace el hombre con la tierra, en medio de una discusión sobre las condiciones productivas que derivaron en la deforestación, por ejemplo?
– Por ejemplo, me señalaron que en el Chaco el gobernador vetó una ley que impedía hacer desmontes en los territorios indígenas. Yo viví parte de mi infancia en ese paisaje y esperaba que las nuevas generaciones vieran lo que yo pude observar: Una vivencia profunda de la creación. Estaba leyendo algo de Horacio Quiroga y pensaba que si hubiera vivido en estos tiempos quizás no hubiera sido escritor. La magia y la profundidad del vínculo del hombre con la selva misionera ya no existe. Es tristísimo. No cuidamos el recurso y la dificultad está en que hay intereses y pocas capacidades de ceder. Se espera que existan leyes que regulen estas cosas.
– ¿Cómo advierte este contexto con la realidad de las inundaciones en las sierras Chicas de Córdoba y los desmontes en Traslasierras?
– Más que una visión de agrónomo, es sentido común. No se puede edificar donde el río va a volver a correr. Si no hay una estructura que pueda reconducir los efluentes, todo va a volver a pasar. Todo es fruto de una codicia desmedida y de un extravío que hay en la sociedad. Lo grave es el silencio y el desconocimiento de las comunidades sobre eso.
– Cuando tenga la posiblidad de ser anfitrién de este Congreso y pueda hablar con quienes tienen la chance de modificar las condiciones productivas que degradan el suelo, ¿Qué mensajes les va a dejar?
– Se supone que los que pueden llegar a cambiar estas condiciones no son los que realizarán las ponencias…
– Pero podrán influir…
– Si claro. Habrá un público y muchos jóvenes, Además, con este personaje – Doña Jovita- se hace más facil desde el humor explicar el susto que nos da lo que se viene. Pero, no hay que asustarse sino realizar un planteo con generosidad. Toda la vida he pensado esta situación, desde que empecé a darme cuenta donde estamos viviendo. Que justo la UNRC me permita participar es un verdadero orgullo y me siento agradecido.