Durante la investigación, que culminó el sábado con la detención de Luna y el hallazgo del cuerpo de Micaela, fue clave un reporte de una ONG de Estados Unidos que colabora en esclarecer casos de pedofilia y acoso a menores de edad.
Jonathan Luna (26), el detenido por el crimen de Micaela Ortega (12), la nena hallada muerta en Bahía Blanca tras 35 días de búsqueda, había contactado a más de 1.500 nenas por Faceboook.
Además de la campera y el teléfono celular de la chica, hallados en la casa del sospechoso, cuentan con información clave sobre la actividad tenía el acusado Facebook. “En uno de perfiles que tenía abiertos en esa red social, había unos 1.700 contactos, de los cuales el 90% eran nenas de la misma edad de Micaela o aproximada”, reveló hoy el fiscal Rodolfo De Lucía.
Según informa el diario Clarín, para llegar a esa conclusión, los investigadores analizaron la intensa actividad que tenía Luna en la red social.
“Todavía no tuvimos un acceso total a los perfiles”, aclaró el funcionaria judicial, quien confirmó –tal como había adelantado Clarín– que el sospechoso mantenía cuatro cuentas abiertas, con distintos nombres: “Yona Moya”, “Yonii de River”, “Yoni Tkb Tkb” y “Rochi de River”, en la que se hacía pasar por una nena de 12 años. “Sabemos que estaban vinculadas entre sí, con las mismas fotografías.
A través de una de ellas se habría contactado con Micaela”, especificó el fiscal. Según pudo saber Clarín, el sospechoso habría utilizado ese último perfil –que ya fue desactivado– para entablar una relación con la víctima. Jonathan Luna, en la fiscalía, a la espera de ser indagado por el fiscal Rodolfo De Lucía.
Durante la investigación, que culminó el sábado con la detención de Luna y el hallazgo del cuerpo de Micaela, fue clave un reporte de una ONG de Estados Unidos que colabora en esclarecer casos de pedofilia y acoso a menores de edad. El Centro Nacional para Niños Perdidos y Explotados (NCMEC por su sigla en inglés) fue el nexo ante Facebook para dar con el chat en el que el acusado habría convencido a la víctima de que abandonara su casa. “Te va ir a buscar mi primo”, le habría escrito, haciéndose pasar por la falsa amiga.