La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, afirmó este viernes ante ONU que el pueblo brasileño «sabrá impedir cualquier retroceso» en la construcción de la democracia, al referirse al juicio político que enfrenta en su país y que puede expulsarla de la jefatura del Estado, mientras que su vicepresidente, Michel Temer, busca evitar que el proceso brasileño sea tratado de «golpismo».
«Nuestro pueblo es un pueblo trabajador y con gran aprecio por la libertad. Sabrá, sin dudas, impedir cualquier retroceso. Agradezco a todos los líderes que me expresaron solidaridad», dijo Rousseff al término de su discurso, realizado en la sesión de la firma del Acuerdo de París sobre cambio climático, en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York.
El discurso de la mandataria sirvió para que el gobierno ampliara internacionalmente su denuncia de que existe un «golpe de Estado en marcha» por parte del Congreso y el vicepresidente Temer, quien prepara su gabinete.
Rousseff aseguró a los líderes reunidos en la ONU para la firma del histórico acuerdo climático que Brasil «pasa un por un momento grave».
«Sobre eso quiero destacar que Brasil es un gran país con una sociedad que supo vencer el autoritarismo y construir una democracia pujante», expresó.
La semana próxima el Senado brasileño comenzará los trabajos de la comisión especial de juicio político que deberá analizar la denuncia sobre irregularidades en el manejo del presupuesto, una teoría que el gobierno considera sin fundamentos y una «farsa» perpetrada para acortar el mandato de Rousseff y crear un gobierno del vicepresidente Temer y sus aliados.
En caso de que el Senado apruebe el 17 de mayo la aceptación del proceso, Rousseff deberá ser apartada del cargo por seis meses, con lo cual asumirá en forma interina Temer.
Temer había dicho que sería «negativo para la imagen del país» que Rousseff denunciara un golpe ante la comunidad internacional, mientras que la cadena televisiva Globo, opositora, entrevistó a dos ministros de la Corte Supremea, Dias Toffolli y Celso De Mello, quienes afirmaron que el proceso de juicio político se hizo conforme a derecho, aunque evitar hablar del mérito, que es lo que cuestiona el gobierno.
El vicepresidente, repudiado el jueves por la noche en una manifestación de jóvenes y adolescentes en la Avenida Paulista convocados por las redes sociales, habló con varios medios estadounidenses y británicos, entre ellos el diario The New York Times, para evitar tener una imagen de «golpista en la frente», como Rousseff les dijo a los que votaron por su impeachment al considerar que no existe delito.
«Estoy muy preocupado con la intención de la presidenta de decir que Brasil es un una republiqueta donde ocurren golpes de Estado», dijo Temer en su intento de opacar la luz mundial sobre Dilma haciendo el discurso en la ONU.
El Partido del Movimiento de la Democracia Brasileña (PMDB) de Temer, quien desembarcó del gobierno y apoya la destitución de la mandataria, se ha sumado a esta campaña por la narrativa y lo ha hecho el jefe de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, procesado por haber recibido sobornos en Petrobras y lavado de dinero, por poseer cuentas en Suiza que no declaró.
«El informe aprobado por amplia mayoría en la Cámara de Diputados comprobó los indicios de crimen de responsabilidad en la contratación de créditos sin autorización del Congreso», afirmó el presidente de la Cámara baja en su comunicado, escrito en portugués e inglés.
En su condición de presidente de la Cámara de Diputados, Cunha fue quien aceptó darle inicio a los trámites para el juicio.
Su papel, sin embargo, ha sido cuestionado debido a que es uno de los principales implicados en el escándalo de corrupción de Petrobras y a que rompió con el Gobierno luego de que el gobernante Partido de los Trabajadores (PT) se negara a ayudarlo a superar un proceso en el Congreso y que puede costarle el mandato.
Con Temer como presidente en ejercicio debido al viaje de Rousseff, la mandataria dejó en el Boletín Oficial cambios en los ministerios que están reacomodándose tras la fuga de partidos conservadores que formaban parte de la base de apoyo del gobierno pero que abandonaron a la gestión a favor del juicio político en la votación del domingo en la Cámara de Diputados.
Rousseff nombró a técnicos en el lugar de cuatro ministros que renunciaron en las últimas semanas en medio de la grave crisis que tiene a la gobernante en riesgo de perder el mandato.
Con los cuatro nombramientos, otros cinco ministerios del Gabinete de Rousseff continúan bajo el mando de interinos.
La presidenta nombró a Marco Antonio Martins Almeida, un técnico que era secretario de Petróleo, Gas Natural y Combustibles Renovables del Ministerio de Minas y Energía, como el nuevo titular en esa cartera en el lugar del senador Eduardo Braga, que renunció el pasado miércoles.
El nuevo ministro de la Secretaría de Puertos será Mauricio Muniz Barreto de Carvalho, igualmente con formación técnica y que se desempeñaba como coordinador del Programa de Aceleración del Crecimiento (PAC), el mega-plan de obras públicas que hace nueve años fue uno de los motores de la inversión estatal y privada en el país.
Muniz sustituirá al diputado Hélder Barbalho, que también renunció el miércoles.
Otro funcionario con formación técnica, Inés da Silva Magalhaes, secretaria nacional de Vivienda en el Ministerio de las Ciudades, asumirá como titular en esa cartera en el lugar de Gilberto Kassab, el presidente del Partido Social Democrático (PSD), que renunció la semana pasada
Para titular del Ministerio de Turismo Rousseff eligió a Alessandro Teixeira, un funcionario al que conoce desde que actuaba como secretaria de Minas y Energía del gobierno regional de Río Grande do Sul
El ministerio más importante, la Casa Civil (jefatura de gabinete), está vacante, porque su titular, el ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, no puede ejercer debido a que su nombramiento fue anulado por una decisión cautelar del Supremo Tribunal Federal.
En tanto, avanzan las investigaciones en la Operación Lava Jato, pero no por parte del juez de primera instancia, Sérgio Moro, sino la máxima Corte, encargada de personas con fueros.
El jefe de campaña del ex candidato opositor Aecio Neves, y presidente del opositor partido Demócratas, el senador José Agripino Maia, y su hijo, el diputado Felipe Maia, están en la mira por una investigación sobre un supuesto soborno que habría pagado la empresa OAS para la construcción del estadio Arena das Dunas en Natal, estado de Rio Grande do Norte, una de las sedes del Mundial 2014.
Maia es uno de los caciques de la derecha de Rio Grande do Norte y uno de los impulsores del juicio político de Rousseff.
El Parttdo de la Social Democracia Brasileña (PSDB) del senador Neves y el ex presidente Fernando Henrique Cardoso debe definir el próximo 3 de mayo en una convención si aceptarían o no integrar y apoyar un eventual gobierno de Temer.
Quien respalda la idea es el ex candidato presidencial José Serra, a quien se le atribuye intenciones de ocupar la jefatura de gabinete de un gobierno de Temer o el ministerio de Economía, replicando así un gobierno del PMDB con apoyo de los ‘tucanos’ como ocurrió en 1992, tras la caída de Fernando Collor de Mello y la asunción del vice Itamar Franco, que se apoyó en Cardoso, luego electo presidente.
(Telam)