En un clima de dolor y consternación familiares y allegados despidieron los restos de Manuel Storani, el hijo de 14 años del dirigente radical Federico Storani, hallado este domingo por la noche en el río Luján tras haber caído al agua luego del choque de la lancha en la que viajaba con su madre, en un accidente en el que fue imputado el padrastro del adolescente que conducía la embarcación por «homicidio culposo».
Conrado Storani, tío de la víctima, dijo en diálogo con Telediario que «se trata de algo muy angustiante, un dolor tremendo con el peor de los resultados».
«La autopsia determinó que Manuel falleció como consecuencia del impacto. Estaba sentado al lado de su mamá, que falleció minutos después producto del choque», indicó.
Storani manifestó que «todos los accidentes tienen una proporción muy importante de posibilidad de ser evitables».
«Con todo el dolor del alma, reconforta el acompañamiento y las muestras de afecto para Federico y su familia. No hay dolor más grande que la muerte de un hijo», señaló.
«No tuvo chances»
«Manuel era un eximio nadador, pero no tuvo chances porque murió por los golpes. Eso habla de la violencia del impacto, la lancha que lo arrolló recorrió luego del choque todo el canal y 50 metros sobre tierra», dijo entre lágrimas Storani, quien fue el último en retirarse tras la ceremonia de despedida.
El velorio comenzó poco antes de las 17 en el cementerio Jardín de Paz de General Rodríguez, donde también fue sepultada su mamá, María de los Ángeles Bruzzone, quien viajaba a su lado.
Storani, quien estuvo acompañado por familiares, compañeros de colegio de Manuel y dirigentes políticos como Ricardo López Murphy y Facundo Suárez Lastra, agradeció la conducta que tuvieron los efectivos de la Prefectura Naval que participaron de la búsqueda de su hijo y enfatizó que el choque «no fue un hecho fortuito ni una cuestión casual».
«Hay situaciones que tienen que cesar en Argentina, ya que es el segundo país con accidentes mortales y la mayoría de las veces se debe a conductas negligentes. Acá hubo una persona que venía a una velocidad altamente elevada y los embistió violentamente», afirmó el ex diputado y ex ministro, que participó activamente en la búsqueda.
Storani afirmó que ese tipo de accidentes se producen debido a «un problema cultural», y llamó a enseñarles a los chicos «la tolerancia, la convivencia y el respeto por las normas».
«Es una cuestión de recuperar valores, de recuperar ideas, inculcarles eso. No importa si son más de derecha, de izquierda, de centro. No se trata de posturas políticas. Hay que enseñarles la tolerancia, la convivencia», manifestó.
Según las primeras conclusiones de la autopsia, el adolescente, que fue encontrado tres días después y a unos 400 metros del lugar del choque, murió por los politraumatismos que sufrió, afirmaron a Télam fuentes judiciales, que precisaron que Manuel presentaba «traumatismo de cráneo, el cuello roto y múltiples fracturas».
«Murió por el golpe, no ahogado. Igual que su madre. Ya lo presuponíamos porque de acuerdo a lo que reconstruimos con los testimonios, el chico iba ubicado en la línea del impacto», dijo a Télam el vocero judicial consultado.
El choque fatal ocurrió el jueves pasado a las 23 en la intersección del canal Vinculación y el río Luján, en el Tigre, entre dos lanchas, ambas deportivas y de porte mediano, de entre cinco y seis metros de longitud y con motor fuera de borda. En una de ellas viajaban seis personas, entre ellas Manuel y su mamá, y en la otra tres personas.
Como resultado de la colisión falleció además Francisco Goti, quien viajaba en la «Shark II», en la que iban también David Dirrico y Pablo Torres Dacal, quien conducía la lancha y está internado en grave estado en el Hospital Italiano, acusado de homicidio culposo agravado.
Según el informe accidentológico preliminar que está elaborando Prefectura Naval Argentina para el nuevo fiscal de la causa, Mariano Magaz, de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) de Rincón de Milberg, la embarcación tripulada por Lacal venía con un aparente exceso de velocidad.
«La lancha Shark II quedó con la manija de aceleración del motor en posición de máxima velocidad. Creemos que viajaba a unos 60 kilómetros por hora, ya que después del impacto esa lancha no sólo cruzó volando medio río, sino que además terminó 30 metros para adentro en tierra», dijo a Télam un investigador judicial.
El expediente se había iniciado con la intervención del fiscal de San Fernando Facundo Osores Soler, pero pasó a manos de su colega de la UFI de Rincón de Milberg «por una cuestión territorial de competencia, ya que el sector de islas donde ocurrió la tragedia pertenece a esa jurisdicción», explicaron a Télam fuentes judiciales.
En el hecho quedó imputado además Lucas Sorrentini, padrastro de Manuel y marido de la ex mujer de Storani, a quien se lo acusa de «homicidio culposo», ya que las primeras pericias determinaron que como timonel de una de las lanchas, la «Mad II», estaba invadiendo el carril de circulación contrario.