En un comunicado difundido en inglés, el EI dijo que su combatientes «detonaron una serie de bombas, cinturones y aparatos explosivos (…)», por la participación de Bélgica en la coalición internacional contra el grupo yihadista.
El Estado Islámico (EI) volvió a golpear este martes en el corazón de Europa con un triple atentado en Bruselas que incluyó dos ataques suicidas y que dejó al menos 34 muertos y 200 heridos en el aeropuerto internacional de la ciudad y en una céntrica estación de subterráneo cercana a las instituciones de la Unión Europea (UE).
Con Europa otra vez sumida en el horror a cuatro meses de los ataques en París, tanto la Fiscalía como el gobierno belga confirmaron que las explosiones que sacudieron a Bruselas, la capital de la UE, en hora pico de la mañana, fueron «ataques terroristas».
El EI asumió la autoría de los atentados varias horas después a través de un comunicado difundido en inglés por la agencia de noticias Amaq, vinculada a esa organización, en el que dijo que se trató de una represalia por la participación de Bélgica en la coalición que bombardea al grupo en Siria e Irak.
El EI dijo que sus combatientes «detonaron una serie de bombas, cinturones y aparatos explosivos (…) en Bruselas, capital de Bélgica, un país que participa en la coalición internacional contra el Estado Islámico».
Las dos primeras detonaciones se registraron poco después de las 8 en el aeropuerto de Zaventem, situado unos 11 kilómetros al noreste de Bruselas, en una concurrida terminal de la zona de salida de vuelos, cerca de los mostradores de facturación.
Al menos 14 personas murieron y 92 resultaron heridas en ese lugar, dijo la ministra de Salud belga, Maggie De Block. Fuentes médicas agregaron que muchos de los heridos presentaban lesiones provocadas por clavos con los que al parecer se cargaron las bombas para hacerlas más letales.
El fiscal general de Bélgica, Frédéric Van Leeuw, dijo que las dos explosiones fueron obra de atacantes suicidas y que un tercer hombre que los acompañaba habría huido y era buscado, poco después de que la policía difundiera una foto de los tres hombres y emitiera una orden de captura contra el posible prófugo.
«Podemos asumir que dos de las personas que aparecen en la foto se inmolaron en el ataque», dijo el fiscal en conferencia de prensa junto al primer ministro belga, Charles Michel.
El procurador agregó que la tercera persona era buscada por la policía y que había redadas en curso en toda Bélgica, informó la cadena de noticias belga RTBF.
Una tercera bomba colocada en el aeropuerto no llegó a estallar y fue desactivada horas después por expertos en explosivos de la policía, dijo el gobernador de la provincia de Brabante flamenco, donde queda la terminal aérea, Lodewijk De Witte.
De Witte precisó que una de las bombas estalló cerca de las instalaciones de la compañía Brussels Airlines y la otra en las proximidades de la recepción de la compañía American Airlines.
En el marco de una de las redadas anunciadas por el fiscal general, la policía encontró un artefacto explosivo, productos químicos y una bandera del EI en una vivienda en el distrito bruselense de Schaerbeek, según informó la Fiscalía federal en un comunicado.
Tras las explosiones en el aeropuerto, los medios belgas mostraron imágenes de la densa humareda que atravesaba los cristales rotos de la terminal, que era abandonada por los viajeros de forma precipitada en medio del pánico.
La agencia de noticias Belga indicó que en el aeropuerto se escucharon varios disparos antes de las detonaciones y se oyeron gritos en árabe.
La emisora pública RTBF, por su parte, afirmó que en la terminal de salidas los investigadores encontraron un fusil Kalashnikov cerca del cadáver de uno de los presuntos autores de los atentados.
El canal VTM señaló que en el mismo lugar también se encontró un cinturón de explosivos intacto, pero estas informaciones no fueron confirmadas oficialmente.
La policía belga difundió una foto de tres presuntos autores de los ataques en el aeropuerto a partir de imágenes captadas por una cámara de seguridad. Los tres hombres, uno con un sombrero y los otros dos con un guante negro en su mano izquierda, aparecen caminando juntos y empujando un carro de equipaje.
La policía libró una orden de búsqueda y captura del hombre con el sombrero y pidió a quienes lo conozcan que aportaran datos sobre él a los investigadores.
Medios belgas especularon con que los guantes que llevaban los otros dos hombres posiblemente ocultaban detonadores de las bombas que llevaban consigo.
«Un señor gritó en árabe. Gritó algunas palabras y después escuché una gran explosión», relató Alphonse Lyoura, un empleado de la seguridad del aeropuerto de Zaventem.
«He ayudado al menos a siete heridos. Hemos sacado cinco cuerpos que no se movían», añadió. «Se ha desatado el pánico. Muchos han perdido las piernas. Bélgica no merece esto», dijo el empleado al canal BFMTV.
Anthoni, otro trabajador del aeropuerto, explicó a la prensa que escuchó una explosión a 20 metros suyo en el hall del aeropuerto. «Al darme vuelta, vi muchos papeles volando. Era claro que era una bomba», sostuvo este empleado de Swissport.
Hora y cuarto más tarde, otra explosión sacudió la estación de subte de Maelbeek, en el barrio europeo de Bruselas, donde se encuentran las principales instituciones de la UE. La detonación se produjo cuando el convoy del subterráneo se encontraba detenido.
El alcalde de Bruselas, Yvan Mayeur, informó en conferencia de prensa que «unas 20 personas» perdieron la vida en el subterráneo en Maelbeek, y 106 resultaron heridas, 17 de ellos de grave.
La cadena VRT mostró una fotografía de un vagón en un andén con puertas y ventanas completamente destrozadas, la estructura deformada y el interior carbonizado.
Videos subidos a Internet por un usuario del subte mostró a personas caminando a tientas en la oscuridad del túnel poco después de la explosión.
«Nuestro país ha sido golpeado por los ataques que son ciegos, violentos y cobardes», afirmó Michel en una breve comparecencia ante la prensa.
«Es un día negro para nuestro país. Por favor, pido a todo el mundo que esté tranquilo y muestre solidaridad. Debemos hacer frente a esta prueba estando unidos», subrayó ante el dramático momento.
El primer ministro dijo que de momento no podía confirmar que existía una relación entre estos atentados y la detención el viernes pasado en el barrio Molenbeek de Bruselas de Salah Abdeslam, presunto partícipe y uno de los supuestos ideólogos de los ataques del 13 de noviembre en París.
No obstante, los investigadores creen que la cadena de atentados pudo tratarse de una reacción al arresto del hombre que se había convertido en el principal símbolo de la masacre parisina.
El ministro del Interior belga, Jan Jambon, apuntó en ese sentido al afirmar que «eran previsibles este tipo de acciones» tras la detención de Abdeslam.
Como consecuencia de la explosión, el subte de la ciudad y todos los servicios de transporte público quedaron paralizados.
Bélgica elevó al nivel máximo la alerta por riesgo de atentado terrorista tras las explosiones a 4 sobre 4, y se recomendó a los ciudadanos no salir de sus casas ni moverse de sus puestos de trabajo.
El Palacio Real belga, en pleno corazón de Bruselas, fue evacuado tras las explosiones.
Horas más tarde, el rey Felipe dijo que Bélgica responderá a los atentados con «firmeza, calma y dignidad».
«Ante la amenaza seguiremos respondiendo juntos con firmeza, calma y dignidad», dijo el rey en un breve mensaje grabado dirigido a la nación y retransmitido por todas las cadenas de radio y televisión.
«Mantengamos la confianza en nosotros mismos, esta confianza es nuestra fuerza», añadió.
Bélgica se encuentra actualmente «blindada». Más de un millar de militares adicionales reforzaron la seguridad de la capital belga y se aumentaron las medidas de protección en las centrales nucleares.
Los atentados hicieron saltar la alarma en toda Europa. La frontera franco-belga fue cerrada y los principales aeropuertos europeos también reforzaron su seguridad.