Se trata de Gabriela González, egresada de la UNC. «Se abre una nueva era en la astronomía», señaló. Lo había predicho Einstein hace cien años.
Equipos internacionales de investigadores anunciaron el jueves la primera detección directa de ondas gravitacionales, un avance mayúsculo para la física que abre una nueva ventana al Universo y sus misterios.
El descubrimiento fue develado en una conferencia de prensa en Washington de la que participó una cordobesa, Gabriela González, portavoz del equipo Ligo, quien es egresada de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).
Gabriela González egresó de la Facultad de Matemática, Astronomía y Física de la UNC. El rector de la casa de altos estudios, Francisco Tamarit, dijo sentir “orgullo”, por que una cordobesa haya liderado un estudio de semejante característica.
«Señoras y señores, hemos detectado las ondas gravitacionales. Lo hemos conseguido», anunció el director ejecutivo del laboratorio LIGO (observatorio estadounidense de interferometría láser), David Reitze, durante una conferencia de prensa en Washington. «Hemos tardado meses en ver que realmente eran las ondas gravitacionales. Pero lo que es verdaderamente emocionante es lo que viene después, abrimos una nueva ventana al Universo», añadió en medio una ovación por parte de los científicos y periodistas que colmaban la sala, y así puso fin a meses de rumores y expectación entre la comunidad científica ante un hallazgo que abre la puerta a redescubrir el Universo sin necesidad de la luz.
Las ondas fueron detectadas el pasado 14 de septiembre por los dos detectores de LIGO, uno localizado en Livingston (Luisiana) y otro en Hanford (Washington), en Estados Unidos.
Las ondas gravitacionales contienen información sobre sus orígenes y sobre la naturaleza de la gravedad que no pueden obtenerse de ninguna otra manera.
Los físicos concluyeron que las ondas gravitacionales detectadas se produjeron durante la fracción final de un segundo de la fusión de dos agujeros negros en uno más masivo, una colisión que había sido predicha pero nunca observada.
Como esa clase de sistemas son poco frecuentes, ese tipo de fuentes se encuentran a distancias de años luz. Por tanto, la búsqueda de ondas gravitacionales implica intentar encontrar los minúsculos efectos de algunos de los sistemas astrofísicos más energéticos en las profundidades del Universo.
«Nuestra observación de las ondas gravitacionales cumple con un ambicioso objetivo establecido hace cinco décadas para detectar de manera directa este fenómeno y entender mejor el Universo», explicó Reitze.
«Además, completamos el legado de Einstein en el centenario de su Teoría de la Relatividad General», añadió.
Einstein descubrió en su Teoría de la Relatividad General que los objetos que se mueven en el Universo producen ondulaciones en el espacio-tiempo y que estas se propagan por el espacio, y de esa forma predijo las ondas gravitacionales, aunque demostrar de manera directa su existencia era el último reto pendiente de la Relatividad.
Con este descubrimiento se abre una nueva puerta en la astronomía, porque hasta ahora los científicos se valían de diferentes formas de luz (ondas electromagnéticas) para observar el Universo.