Sus padres la concibieron el día de San Valentín del año pasado. Coincidencia o no, la niña nació con una mancha extraña y sorprendente.
Jade Sparham, de 20 años, y Liam Scaife, de 21, son una joven pareja británica. El año pasado decidieron buscar su primer hijo. Cuando se enteraron que ella estaba embarazada, sacaron cuentas y comprobaron que el futuro bebé había sido concebido el 14 de febrero, el día de los enamorados.
Hasta ahí parece una historia bastante normal. Muchas parejas celebran San Valentín con una noche de amor y, seguramente, no son pocos los hijos llegados al mundo nueve meses después.
Lo que pasa es que Jade y Liam se sorprendieron y emocionaron mucho más, dos días después del nacimiento de Poppy en el mes de noviembre. A la pequeña le salió una particular mancha en la frente con forma de corazón.
Los padres pensaron que podía ser grave, pero los médicos los tranquilizaron al confirmarles que se trataba de una simple marca de nacimiento, que puede desaparecer en cualquier momento.
Sin embargo, ellos no quieren que suceda “Es como nuestro propio cupido bebé”, le dijeron los padres al periódico Daily Mail. “Nos dimos cuenta que la marca de nacimiento es lo que la hace única y más hermosa para nosotros. Es parte de ella”, señalaron.