Fue durante la misa que ofreció en San Cristóbal de las Casas, en el estado de Chiapas, donde fue acompañado por las comunidades indígenas en el Centro deportivo municipal, ante 100.000 personas.
El papa Francisco pidió perdón a los pueblos originarios por el maltrato y las condiciones de exclusión en que viven, en una misa repleta de cantos, música y color en San Cristóbal de Las Casas, corazón indígena de Chiapas, donde se concentra cerca del 75 por ciento de las comunidades originarias de México.
«Perdón, hermanos», exclamó Francisco durante su homilía ante 100.000 personas celebrada en apoyo a las comunidades indígenas, donde condenó además «cómo de modo sistemático y estructural, sus pueblos han sido incomprendidos y excluidos de la sociedad», reportó la agencia española EFE.
Ante las comunidades que representan a los 11 millones de mexicanos indígenas que viven en ese país latinoamericano, el sumo pontífice afirmó que «algunos han considerado inferiores sus valores, su cultura y sus tradiciones», mientras que otros «han sido mareados por el poder, el dinero y las leyes del mercado, los han despojado de sus tierras o han realizado acciones que las contaminaban».
«¡Qué tristeza!», exclamó el papa, que instó a todos «a hacer un examen de conciencia» y a pedir «perdón».
Símbolos indígenas y coloridas vestimentas llenaron el Centro Deportivo Municipal de San Cristóbal de las Casas, donde un sacerdote indígena tsotsil dirigió de rodillas una oración comunitaria mientras desde sus lugares, también de rodillas, los presentes rezaban en silencio cada uno en su propia lengua.
Al terminar la misa un grupo de indígenas le dirigió unas palabras al sumo pontífice de la iglesia católica. «Aunque muchas personas nos desprecian tú has querido visitarnos y nos has tomado en cuenta», le dijo uno de ellos, citado por la agencia alemana DPA.
«Tenemos un papa al lado de los pobres», gritó la multitud cuando concluyó la misa.
El filósofo y defensor de los derechos humanos Pablo Romo consideró que la visita de Francisco es una «manera de reivindicar la expresión de los pueblos indígenas» y de «validar una lucha que lleva muchos años».
«Es un momento especial, esta visita es una manera de reivindicar desde su propia casa la expresión de los pueblos indígenas, de reivindicar vivir la fe como creyente pero de una manera autóctona, con expresiones locales y culturales que la hacen una iglesia local viva y muy fuerte», señaló Romo, académico y ex director del Centro de Derechos Humanos Fray Bartolomé de Las Casas (Cdhfblc).
En la ciudad fundada por el español Diego Mazariegos en 1528, un valle rodeado por montañas, el sumo pontífice enfatizó además durante la misa de apoyo a las comunidades indígenas que «el mundo de hoy, despojado por la cultura del descarte, los necesita».
Francisco retomó también el tema de la defensa del ambiente, que comparten con fuerza las comunidades indígenas, y reconoció que los pueblos indígenas «tienen mucho que enseñarnos».
La aprobación por parte del papa de un decreto que autoriza a los indígenas el uso de su lengua en la liturgia y de la traducción de la Biblia fue uno de los momentos más aplaudidos de la ceremonia, en la que los indígenas reivindicaron que «quieren escuchar a Dios y hablarle en su propio idioma».
Tras la misa, Francisco almorzó con ocho representantes de los pueblos originarios y visitó la tumba de Samuel Ruiz, sacerdote a quien llamaban cariñosamente «Tatic» (padre en lengua tzotzil), quien fue el mayor defensor de los indígenas mexicanos.
La comida fue preparada por Socorro Arizmendi, la hermana del obispo de San Cristóbal, Felipe Arizmendi, reportó la agencia italiana Ansa, que precisó que el menú degustado por el pontífice fue pollo con champiñones y como postre dulces del estado sureño de Michoacán, que visitará mañana.
Al almuerzo, que el jefe de la Iglesia prefirió compartir con las personas más modestas, fueron invitados un diácono, un sacerdote, una monja, un seminarista, una joven laica y un catequista, así como las esposas de dos de ellos, pertenecientes a las etnias dominantes en Chiapas.