Cada uno vive la vida a su manera. Por lo menos así debería ser. Así lo he hecho yo desde que tengo uso de razón y así pienso seguir haciéndolo porque, echando la vista p’atrás, la verdad es que me ha ido bastante bien.
Nací músico y eso es lo que soy. Hijo de mi madre y de madre naturaleza, y en montaña vivo. Tengo una familia a la que adoro. Pocos buenos amigos pero buenos de verdad. Y en el terreno amoroso, siempre compartí con mujeres estupendas.
Como en la vida de cualquiera, ha habido días de sol y de sombra. En general nunca me he arrugado ante las adversidades. El drama no me va para nada. He afrontado los problemas con la valentía que uno tiene cuando no teme al fracaso (y fracasos los ha habido, por lo menos tantos como aciertos). También la intensidad ha sido un referente vital. He hecho muy pocas cosas a desgana y, cuando algo me ha interesado, le he dado con todo. Ilusión, ganas e instinto, mis tres grandes premisas. Resumiendo, de mis primeros 50 años (me queda uno para cumplirlos) no me puedo quejar de nada.
Ahora tengo cáncer. ¿Y qué? También he tenido la gripe, paperas, la varicela…. El cáncer es una enfermedad más. Grave, incluso a veces peligrosa, pero una enfermedad al fin y al cabo. Me voy a curar. No porque lo diga yo, sino porque me lo han dicho los médicos. Como también me han dicho que, debido al oncogén que me afecta (BRAF), en algún momento el cangrejo va a volver.
Pues cuando vuelva, aquí estaré, como estoy ahora. Uno enfrenta la muerte según ha vivido la vida y, como decía antes, mi vida hasta la fecha no ha sido vida, ha sido un vidón. Así que, si vuelve, pues ya veremos. De momento, yo sigo.
Sigo pa’lante, a mi manera. Disfrutando del presente. Metido en mi música. Queriendo a los que me quieren. Gozando de los buenos momentos, de las pequeñas cosas, del amor, de la amistad, de la locura que tan generosamente sigue ofreciéndome mi cabeza. Del constante y firme latido de mi corazón. Sigo p’alante. Eso sí, con la misma intensidad, ganas, ilusión y valentía con las que he vivido siempre. Hasta que el cuerpo aguante. Y cuando no aguante, pues lo dicho, ya veremos.
¿Hablábamos de cáncer? Perdón, pero es que al cáncer le dedico máximo 5 minutos al día, y ese tiempo ya pasó.
Para ir terminando, déjenme darles un par de apuntes. El cáncer es la segunda enfermedad más extendida en el mundo moderno (por detrás de la depresión). En unos años, no muchos, uno de cada dos hombres que llegue a los 85 años lo padecerá o lo habrá padecido (y una de cada tres mujeres). Pero que nadie se asuste, ¿eh? Porque al mismo tiempo, en unos años, no muchos, el cáncer será como una gripe. Y esa es una buena noticia, la cual me lleva a la siguiente reflexión: ¿no será que vivimos en un mundo enfermo? Enfermo en el cómo, el cuándo, el porqué. Y no por la enfermedades en sí, sino por la enfermiza manera que tenemos de vivir. Hay algo que estamos haciendo mal, no cabe la menor duda. Y ese algo tiene que ver con nuestra manera de vivir, seguro. ¿La sociedad del bienestar? Sí, pero… ¿a qué precio?
Termino con unos versos que escribí a propósito de la muerte de mi madre, que resumen en cuatro palabras todo este rollazo que les acabo de meter….
Me gustaría contar
De cuatro cosas que me gustan
Que me de el sol en la cara
Que el viento me dé en la cara
Que la muerte ya vendrá…..que la muerte ya vendrá.
Feliz navidad y prosperísimos años nuevos.
Pau Donés – Jarabe de Palo
Fuente: El País de España
Comments are closed.