Mauricio Macri, presidente
El candidato a presidente por Cambiemos, Mauricio Macri, inició su carrera como empresario en el poderoso grupo económico que fundó su padre, y cuando quiso un camino propio pasó a dirigir el club Boca Juniors, trampolín que lo llevó a la arena política, en la cual incursionó en 2003 y que, tras ocho años de gestión en la Jefatura de Gobierno de la Ciudad, logra ser uno de los dos protagonistas del primer balotaje presidencial de la historia del país.
Macri nació hace 56 años en la ciudad bonaerense de Tandil aunque se crió en San Isidro, en donde concurrió al tradicional colegio Cardenal Newman, y allí conoció a Nicolás Caputo, uno de sus hombres más cercanos y consejero político en las sombras del PRO.
El hijo mayor de Franco Macri era uno de los jefes del grupo Socma y su familia mantuvo una estrecha relación económica con los gobiernos de turno desde la década de los 60, a partir de concesiones y contratos otorgados por el Estado nacional y por la entonces municipalidad porteña.
Esa polémica relación con los negocios vinculados a la política de los ’90 -que incluyó una denuncia por contrabando- será un estigma que lo acompañará hasta hoy, aunque su entorno lo califiquen de “prejuicios” y el propio Macri responda ante terceros que le pregunten al respecto: “Yo no tengo la culpa de los negocios de mi papá”.
Con Franco Macri tuvo una relación difícil, que él confesó en más de una oportunidad y lo llevó a separarse de su grupo económico y emprender un camino propio en su mayor pasión: el fútbol y Boca, el club que presidió por 12 años (1995-2007).
Con éxitos deportivos no exentos de sonoras polémicas (con Diego Maradona y Carlos Bianchi, entre las más famosas), Macri usó como trampolín la popularidad que le brindó Boca y armó Compromiso para el Cambio, marca electoral con la que compitió en 2003 por primera vez por el gobierno porteño, perdiendo en balotaje con Aníbal Ibarra.
En 2005 ganó la elección parlamentaria en la Capital (ya con PRO como partido) y en 2007, con Gabriela Michetti como compañera de fórmula, se hizo con la Jefatura de Gobierno, ganando el balotaje al entonces ministro de Educación, Daniel Filmus.
Con un inicio con varios errores y dificultades -que desde la cúpula del PRO hoy admiten- como la denuncia por espionaje del funcionario Ciro James o por la labor de la UCEP, Macri se erigió como uno de los jefes de la oposición y llevó a su espacio político a ganar todas las elecciones en el bastión porteño desde entonces.
Tras un amague en 2011 de lanzarse a la presidencia, eligió jugar por la reelección (que ganó, también ante Filmus) y definió en 2013 comenzar un armado territorial a nivel nacional de cara a competir en la carrera presidencial, siempre con la provincia de Buenos Aires como el distrito más esquivo, por lo que asignó la tarea de crecer allí a su vicejefa de Gobierno, María Eugenia Vidal.
En 2014, en forma gradual y con más bajo perfil (lo que lo diferenció de Sergio Massa), Macri cosechó buenos lazos con referentes de la UCR de todo el país y pidió a sus dirigentes porteños que pasen a militar a la Provincia, por lo que comenzó a posicionar a varios referentes en el conurbano, algunos de los cuales lograron triunfar el 25 de octubre y alzarse con intendencias.
El punto de inflexión de PRO fue la Convención Nacional de la UCR en Gualeguaychú, cuando el partido radical, de la mano de Ernesto Sanz, decidió (por una escueta diferencia en votos) aliarse al macrismo y a la Coalición Cívica, en un frente electoral que se llamó Cambiemos.
En el interín, Macri debió enfrentar uno de sus más ásperos conflictos internos en el PRO, cuando no pudo convencer a Gabriela Michetti de declinar su candidatura en la primaria por la jefatura de gobierno porteña con Horacio Rodríguez Larreta, su elegido, que finalmente ganó la interna y luego la elección porteña ante Martín Lousteau (UNEN).
Macri obtuvo el segundo lugar más votado tanto en las PASO presidenciales como en la elección general del 25 de octubre pasado, y logró el objetivo principal fijado por su partido: forzar un balotaje presidencial -el primero de la historia argentina- y disputar mano a mano con el oficialismo para suceder a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.
El resultado
Mauricio Macri, presidente electo: «es un día histórico, un cambio de época»
Sus propuestas
El congreso en la presidencia de Macri
El kirchnerismo, a través de su bloque y de sus aliados, si bien perderá fuerza –ya que retrocederá 24 escaños en la Cámara de Diputados (hasta ahora tiene 135)–, continuará como la primera minoría porque tendrá 111 legisladores a partir del 10 de diciembre.
Además, en el Senado las cosas le fueron extremadamente bien al actual oficialismo, dado que se quedó con 13 de las 24 bancas que se renovaron.
De este modo, el peronismo tendrá el control pleno de la Cámara Alta y conformará una bancada de senadores propios y aliados con un número apabullante: 44 (tendrá siete escaños más que los 37 reglamentarios para lograr la mayoría que exige el reglamento y el cuórum).
Cambiemos, en tanto, hizo una gran elección para la Cámara Baja. Hoy, esta alianza electoral posee 62 diputados. El 25 de octubre pasado arriesgó sólo 18 escaños y ganó 47 bancas, por lo que pasará a tener 91 diputados. El problema para Macri será el Senado, donde Cambiemos tendrá únicamente 15 integrantes.
Sus visitas a Río Cuarto
Sus vínculos con la UCR riocuartense