Telam – Independiente cayó esta noche por 1 a 0 ante su homónimo colombiano Santa Fe, de Bogotá, reflejando el resultado de este partido de ida de los cuartos de final de la Copa Sudamericana una realidad futbolística que puso en foco las virtudes del conjunto visitante.
Independiente era, «a priori», de los tres equipos argentinos que alcanzaron los cuartos de final de la Copa Sudamericana el que la tenía más complicada, y esto quedó demostrado claramente esta noche en Avellaneda, donde el equipo colombiano puso en serios aprietos al conjunto dirigido circunstancialmente por el español Xavier Tamarit antes las suspensiones de Mauricio Pellegrino y su primer ayudante, Carlos Compagnucci, en el juego anterior frente a Olimpia, en Paraguay.
Con buen juego colectivo, pelota por abajo y mucha dinámica, el conjunto dirigido por el uruguayo Gerardo Pelusso le quitó el balón a Independiente y con ello manejó los tiempos del partido.
Pero además el visitante fue muy efectivo en el retroceso, que lo hizo en un terreno corto porque ejerció la presión recién a mitad de cancha.
Por eso el «rojo» careció de espacios, no tuvo penetración por las bandas y entonces estuvo más sometido a un error aprovechable del rival que a una acción de riesgo gestada de «motu propio».
ampliar
Y esta oportunidad llegó a los 21 minutos del primer tiempo, cuando se durmió Yulián Anchico con el balón y al intentar despejar dentro de su área terminó golpeando a Juan Martín Lucero. Falta forzada y oportunidad para que el arquero Diego Rodríguez extendiera su infalibilidad desde los 12 pasos, ya que hasta este juego llevaba nueve penales convertidos en reserva y siete en primera, todos los que había ejecutado.
Pero esta no iba a ser la noche del «Ruso», que primero fue molestado por los jugadores de Santa Fe a la hora de tomar carrera, y después su anunciado remate de zurda a la izquierda de Robinson Zapata fue bien desviado por el guardavallas colombiano.
Esta malograda acción iba a resultar clave a la hora de realizar el balance del partido, porque fortaleció el ánimo del conjunto bogotano y debilitó a luces vista el de sus adversarios.
Y a tal punto llegó la cuestión que sobre la media hora de esa etapa inicial a punto estuvo de ponerse en ventaja la visita con un remate de Sebastián Salazar bien desviado por Rodríguez.
Así, con el dominio psicológico y futbolístico de los huéspedes se extinguió el primer período, dejando un pronóstico sombrío en los 35.000 hinchas «rojos» de cara al tramo final.
Y no fallaron los pronósticos para los locales en esa etapa final, ya que el venezolano Luis Seijas, ex Banfield, siguió conduciendo los mejores ataques de su equipo por izquierda, haciendo padecer de continuo al lateral derecho ex compañero suyo en el «Taladro», Gustavo Toledo.
Claro que la vulnerabilidad exhibida por Toledo resultó toda una tentación para los de Pelusso, que volcaron en la segunda etapa casi todos sus intentos ofensivos por ese sector.
Y este repiqueteo dio sus frutos para los de la capital de Colombia a los 20 minutos, cuando el lateral Leyvin Balanta se proyectó, le ganó en velocidad a Toledo y llegando al fondo se vio obligado a lanzar un centro bajo que, en otro error, se le terminó colando en el primer palo a Rodríguez.
Así, esta vez la definición de un resultado clave para la clasificación a las semifinales de la Sudamericana, más allá de que restan 90 minutos a jugarse el próximo jueves en el estadio El Campín, de Bogotá, estuvo en los arqueros, ya que mientras Zapata, con sus 37 años, fue figura, Rodríguez falló en las dos áreas.
Y después de la conquista, con todo lo que implica convertir de visitante, Independiente fue pura impotencia en los 25 minutos restantes, durante los que nunca pudo ni supo encontrar vertientes como para penetrar en tierra colombiana, ni siquiera cuando Matías Pisano volvió al equipo para perforar por derecha ni cuando Federico Mancuello intentó con algún disparo de media distancia.
De esta manera Independiente cayó ante un rival extranjero por primera vez luego de 21 partidos jugando como local.