Familiares, amigos y ex compañeras recordaron a la estudiante secundaria María Soledad Morales, asesinada hace 25 años en Catamarca y cuyo crimen derivó en el inicio de las llamadas «Marchas del silencio» y la renuncia del entonces gobernador Ramón Saadi.
Durante la mañana se realizó un acto en el Colegio del Carmen y San José, al que asistía la adolescente de 17 años, donde estuvieron presentes sus padres, Ada Rizzardo y Elí¬as Morales, y la hermana Martha Pelloni, que fue directora de la escuela.
Luego, con la presencia de sus ex compañeras y actuales alumnos, se descubrió una placa en la esquina de Juní¬n y San Martí¬n en conmemoración de las Marchas del Silencio, que se convirtieron en el sí¬mbolo del pedido de justicia por el asesinato de Marí¬a Soledad.
«La muerte de Marí¬a Soledad nos dejó un regalo muy grande porque las marchas hoy son un símbolo en el paí¬s y un recurso del pueblo argentino, que aprendió a salir a la calle a reclamar por justicia», afirmó la hermana Pelloni al hablar en el acto.
En la misma lí¬nea, la ex rectora dijo que «hoy es un dí¬a de memoria por Marí¬a» y lamentó que la chica «no tuvo la ocasión de ejercer el derecho a vivir, porque se lo robaron».
Posteriormente, Ada, la madre de la víctima, dijo que «a medida que pasa el tiempo, las heridas van cerrando», pero a ellos no.
«Las heridas siguen abiertas y personalmente, después de todo lo vivido, creo que a ninguna madre le cierra una herida como esta y donde mi familia ha quedado marcada para siempre», afirmó.
Relató que sus nietos le preguntan qué fue lo que pasó con su tí¬a, que hoy tendría 42 años, pero de acuerdo a las edades de cada uno, les va contando de a poco.
«A mí¬ me arrebataron a mi hija dos veces, una fí¬sica y otra moralmente. A nosotros nos mintieron, nos humillaron, nos hicieron sentir culpables de lo que pasó», expresó Ada con gran emoción en su voz.
El crimen de Marí¬a Soledad se descubrió la mañana del 10 de septiembre de 1990, cuando trabajadores de Vialidad encontraron su cuerpo mutilado y semiescondido en inmediaciones de la cancha de fútbol de Parque Daza, en la zona este de la capital.
Los informes médicos aseguraron que la joven habí¬a sido violada y asesinada 48 horas antes del hallazgo de su cuerpo, entre la noche del 7 y la madrugada del 8 de septiembre.
Su asesinato tuvo una amplia repercusión a nivel nacional, entre ellas la renuncia del entonces gobernador Saadi.
A partir del hallazgo del cuerpo, siete jueces investigaron el caso y entre sospechas de encubrimiento y de protección polí¬tica, la causa fue elevada a juicio oral.
En 1996, el tribunal compuesto por los jueces Alejandro Ortiz Iramaí¬n, Juan Carlos Sampayo y Alejandra Martí¬nez Azar dio inicio al debate oral que tuvo a Guillermo Luque -hijo del diputado nacional por el peronismo, Angel Luque- y a Luis Raúl Tula, acusados por el crimen con diferentes grados de participación.
Sin embargo, este juicio debió suspenderse ante escenas de fraude que fueron captadas por las cámaras de televisión que en ese momento transmití¬an en vivo y en directo las jornadas del debate.
Otro tribunal compuesto por los jueces Santiago Olmedo de Arzuaga, Jorge Alvarez Morales y Edgardo Álvarez decidió retomar el debate al año siguiente y el 27 de febrero de 1998 Luque fue condenado a 21 años de prisión y Tula a 9 años por «violación seguida de muerte agravada por el uso de estupefacientes».
Tula, que ahora tiene 54 años, cumplió la totalidad de la condena, mientras que Luque, actualmente de 49 años, pasó en prisión 14 años y al cumplir dos tercios de la pena obtuvo la libertad condicional por buen comportamiento durante la detención.
Telam