Telam – La jugada en cuestión provino de un rechazo fallido de Claudio Pérez ante un pelotazo desde la mitad de la cancha que obligó al juvenil arquero cordobés Pablo Heredia (Juan Carlos Olave fue preservado para el torneo local) a cometerle infracción a Sergio González, que se iba al gol.
Por ser jugada de último recurso el guardavallas se fue expulsado y en su lugar ingresó otro pibe, Lucas Acosta, que poco pudo hacer ante el preciso disparo desde los 12 pasos de Nicolás Aguirre.
Este tanto y la doble validez de la conquista alcanzada con el 1-1 de la ida en Córdoba fueron un golpe demasiado duro para los dirigidos por Ricardo Zielinski, que volvieron a ver como el maleficio de la primera ronda sobrevolaba sobre sus cabezas como en su participación anterior en este certamen.
Es que de allí en adelante no hubo partido, con todo lo que quedaba por delante para jugar, porque entre el empate en el último minuto del partido de ida (Gustavo Gómez) y el primero de éste, el «Granate» había resuelto la historia.
Por eso Belgrano se privará nuevamente de enfrentar a un rival extranjero en esta competencia a la que todavía no le pudo probar el «sabor internacional», mientras que Lanús es todo lo contrario, ya que sabe muy bien de las mieles de ganarla.
Por eso solamente faltaba esperar que Lanús desgranara con goles una reivindicación ante su gente después de la derrota del último fin de semana como local en el clásico frente a Banfield.
Y sobre el final del primer tiempo Diego Braghieri tomó un rebote de zurda en el borde del área chica y selló el período inicial con un 2 a 0 inapelable.
La segunda parte fue para el regodeo de la hinchada local y el contínuo sufrimiento de Belgrano, que en otra acción desafortunada recibió el tercer tanto a los 14 minutos cuando tras una buena incursión del paraguayo Víctor Ayala el «Chiqui» Pérez intentó rechazar, el balón rebotó en su compañero Guillermo Farré y fue a parar al fondo de la red.
Diez minutos después llegó el descuento de Jorge Velázquez, cuando hacía 120 segundos que estaba en la cancha por el poco gravitante Fernando Márquez.
Entonces Lanús, ante el enojo manifiesto de su entrenador, Guillermo Barros Schelotto, fue por más y aumentó considerablemente la cuenta con los dos primeros goles con la camiseta «granate» del paraguayo Miguel Almirón, la figura de la noche, y el juvenil delantero Gonzalo Di Renzo.
Entonces solamente hubo tiempo para el festejo, para empezar a olvidarse de a poco de Banfield y empezar a pensar en el partido de octavos de final del próximo jueves, nuevamente en La Fortaleza, frente a los uruguayos de Defensor Sporting, para seguir fortaleciendo el sueño de volver a ganar una Copa Sudamericana.