El insólito hecho ocurrió en la puerta de un centro de salud de Santa Fe, donde una mujer rompió con una maza los vidrios de un vehículo pensando que era el de su ex pareja. En Facebook, el damnificado relató la situación.
Se sabe que las separaciones no son fáciles y menos cuando uno de los protagonistas queda herido. Tal fue el caso de una mujer que, enojada con su ex pareja, decidió destrozarle el auto. Sin embargo, la venganza le salió mal ya que terminó rompiendo un vehículo equivocado.
Uno de los protagonistas de esta historia es el médico Franco Pugnaloni, quien fue la víctima de la furia de la mujer que con una maza rompió los vidrios y la chapa de su automóvil.
El hombre estaba trabajando el pasado domingo cuando una mujer de 50 años llegó, preguntó por el chofer de la ambulancia y a los pocos minutos destrozó su auto que estaba estacionado en la puerta del centro médico donde trabaja.
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Atónito, Pugnaloni le explicó a la mujer que ese era su auto, mientras sus compañeros de trabajo llamaron al 911 para que la policía intervenga. Sin embargo, los efectivos policiales llegaron después de que la agresora se diera a la fuga.
«Nos golpea la puerta y pregunta por el chofer de la ambulancia. Le indicamos donde se encontraba el mismo, y continuamos con nuestra actividad laboral dominguera. Tras unos diez minutos, comenzamos a escuchar ruidos, golpes, tipo de obra en construcción, pero no eran de construcción, sino más bien de destrucción», escribió el hombre en su cuenta de Facebook.
Y agregó: «Resulta que dicha mujer, era la ex esposa del chofer de la ambulancia de turno, y por motivos pasionales, económicos, místicos, o vaya uno a saber de qué índole, decidió sacar de su cartera, una maza. Sí señores, una maza. (Nada que nos sorprenda partiendo del hecho de todo lo que se puede encontrar en la cartera de una dama)».
«La mujer, con mucho odio, conducida por un sentimiento iracundo, comienza a destruir con la maza el auto del chofer», prosiguió el médico, y contó que luego de indicarle que aquel era su auto vio cómo la agresora «iracunda, con su mirada perdida, guarda la maza en su cartera, al lado del rimel y el cargador de su celular, y se retira del centro de salud, caminando», relató.
Ahora, el damnificado tramita la denuncia ante el seguro de su auto, mientras nada se sabe de la mujer que, enceguecida por la furia, terminó rompiendo el auto equivocado.