Lo confirmó la concejala Viviana Pomiglio. Además, continuarán con charlas en las escuelas para concientizar contra la discriminación por la condición física.
La concejala Viviana Pomiglio confirmó que realizarán recorridos por locales comerciales para conocer si se cumple con la ley de talles y continuarán con charlas en las escuelas para concientizar contra la discriminación por la condición física.
«Me movilizó la actitud de rechazo de la vendedora después de negar que tuviera un talle» Lo dijo Karem Guigues, quien hace un año utilizó la Banca del Ciudadano en el Concejo Deliberante para alertar sobre la discriminación en los comercios de la ciudad, y brinda charlas en los colegios con la concejala Vivivana Pomiglio, en la que intentan concientizar sobre los efectos de la segregación por la condición física.
Junto a Natalia Pozo Marcolla, una riocuartense que crea su propia ropa para contrarrestar la ausencia de talles en los locales, y Laura Pereyra, militante contra la discriminación de personas con obesidad, analizaron la problemática que reflejó Telediario sobre las denuncias que recepta el área de Derechos Humanos.
«Pertenecer, ajustarme al molde»
En su sitio de Facebook, Karema relató su experiencia, en un mensajer conmovedor y concientizador:
«En este caminar que han sido mis apenas 18 años he intentado constantemente «pertenecer», «encajar», «ajustarme al molde».
Hice dietas desde mis 9 años. Dietas frustrantes, que si bien, no fueron extremas, muchas veces me privaron del placer que significa para cualquier niño un postre rico o unas golosinas.
Durante toda mi pre-adolescencia, caminé por la calle sintiendo vergüenza, a la espera del «-Aflojale a los postres..-» o el «-Gordita, te hago de todo, menos upa.-»
Desde que el talle de mi pantalón comenzó a ser mas de 40, en cada reunión familiar o de amigos, la comida se convirtió en el centro de todo, muchas veces por estar pendiente de la cantidad que comía y otras por lo que comía… ¡Ah, si! Porque si la ‘gorda’ come el lomito completo «debería dejar las grasas» y si come ensalada «se obsesiona con la dieta y despues se come hasta las patas de la mesa». Incluso muchas veces renuncié a esas reuniones por no romper la dichosa dieta.
La comida, por mucho tiempo fue mi enemiga, fue eso que me alejaba de quien yo queria ser, o mejor dicho, de cómo yo quería ser.
Durante años, me enfrenté al espejo con una mirada de prejuicio y descontento. Me rechacé, me culpé por verme así, por el tamaño de mis piernas, por mi panza.
Por mucho tiempo caminé tardes enteras por las calles de mi ciudad buscando la remera que disimulara mi rollito, el jean que no marcara mi celulitis; y mejor ni hablar del verano, en cual el desafio era llegar a la pileta lo mas rapido posible para que nadie viera las estrias que surcan mi piel.
Hoy, miro hacia atras y descubro, cuanto tiempo perdi tratando de encontrar en mi la silueta de aquel maniquí.
Hoy, recuerdo alas experiencias vividas en este ultimo año, y me doy cuenta de que verdaderamente el numero la balanza NO me define. Ni a mi, ni a vos. Soy capaz, hermosa e inteligente, y esto no es egocentrismo, sino amor propio. Hoy puedo caminar por la calle sin miedo, porque sé que lo que valgo, no se mide en kilos ni calorías.
Es importante ser consciente de que, ACEPTARME, NO es sinónimo de RESIGNARME. Aceptarme significa recordar siempre que PUEDO cambiar cuando desee, aquello que es dañino para mi salud, es saber que la comida no es mi enemiga sino mi aliada, y que, dietar constantemente o de lo contrario atraconarme con comida, son maneras de agredirme.
Hoy me paro frente al espejo con una MIRADA DE AMOR, sabiendo que lo más importante, es amarme, así, tal cual soy. SOY ÉSTA Y ME AMO, con cada HUELLA que el camino me dejó»
Entre la ley y la trampa
Una ordenanza exige la oferta de todos los talles, pero no se cumple, ni hay sanciones
Denuncias
Desde la subsecretaría de Derechos Humanos receptan las denuncias por discriminación que sufren los riocuartenses en diferentes ámbitos de la ciudad. La negativa en la admisión a pubs boliches y la falta de talles de ropa, aparecen como dos de los motivos más frecuentes de denuncia ante el organismo oficial.
«Hay también casos de xenofobia y racismo y no solo en espectáculos públicos. Hay denuncias de personas con discapacidad ó que sufren segregación laboral», precisó Walter Torres, coordinador de la subsecretaría.
Añadió que «dependiendo de la presentación, se deriva el accionar al INADI ó al juez de Faltas para que aplique las multas que, a partir de la reforma aprobada la semana pasada, alcanza los 100 mil pesos».
«Es muy difícil conseguir la ropa»
«Las mujeres sufren la falta de talle y hasta resulta difícil conseguir la ropa en fábrica» Lo admitió Pablo, quien es propietario de un comercio ubicado en el Boulevard Roca en el que ofrece mercadería «con todos los talles».
Según establece en su artículo 5 la ordenanza 1381, aprobada en el 2007, rige «la obligación para que los fabricantes, importadores, distribuidores y comerciantes locales dedicados al rubro denominado del “vestido”, deban confeccionar, importar,
distribuir y tener a disposición para la venta al por mayor o al por menor al público, indumentaria correspondiente a todos los talles que respeten las medidas antropométricas normales de las mujeres y los varones».
En el artículo 6, añade que «los talles de la vestimenta deberán estar indicados en forma clara y fácilmente legibles, adheridos a las mismas prendas, a través de un etiquetado adecuado al efecto».