El fiscal pidió penas de prisión en suspenso para los dos funcionarios penitenciarios acusados por la muerte de Silvio «El Diablito» Robledo, ocurrida en abril de 2010 en la Unidad Penitenciaria Número 6. La semana que viene se conocerá el veredicto
en el proceso que se desarrolla en la Cámara Segunda del Crimen.
Por la muerte de Robledo (26) son juzgados el médico Cristian Peliche y el guardia que se desempeñaba como jefe de seguridad del penal, Franco Carboni. Ambos llegan imputados de homicidio culposo.
Durante el proceso se pusieron en evidencia las fallas del sistema carcelario, que incluían hacinamiento, golpizas, maltrato y falta de atención a presos con enfermedades y adicciones.
Familiares de Robledo manifestaron su rechazo al planteo del fiscal de Cámara y señalaron que la Cárcel «solo van presos los pobres».
El hermano de Robledo señaló a Telediario «que los culpables deben pagar por lo que hicieron» y resaltó que Silvio «estaba cumpliendo la condena por un error que cometió y lo mataron».
El video
En un dramático relato, Nélida Pereyra, la madre de Silvio Robledo, había relatado lo que pudo ver en los videos de las cámaras en el interior de la Unidad Penitenciaria donde su hijo fue hallado muerto.
Nélida y Enrique, hermano del “Diablito”, afirmaron que “tenía la ropa destrozada y apenas podía caminar” cuando lo trasladaron a la enfermería en el primer intento de suicidio.
“Observamos que mi hijo salía con un pantalón roto cuando dos días antes se lo habíamos dado nuevo. El sábado estaba abierto como si fuera una pollera, estaba descalzo y con la cabeza desviada para un costado, sin fuerza”, expresó.
Precisó que “en el video se ve que lo sacan desnudo del nicho, con la soga colgando, lo meten en enfermería y lo sacan después como un perro con dos presos llevándolo del brazo”.
“Es mentira que le dieron los primeros auxilios, no hicieron nada porque mi hijo ya estaba muerto”, sentenció.
Los familiares señalaron que si no se hubieran desarrollado las marchas el caso estaría impune.
El hecho
El 9 de abril de 2010, Robledo fue hallado a las 2,30 de la madrugada en la celda 7 del Pabellón de la Unidad Penitenciaria Número 6. Según señala la investigación del fiscal, «probablemente, como consecuencia de un estado depresivo por problemas familiares procedió a autoinflingirse una herida cortante».
«El diablito» Robledo fue derivado a enfermería, donde fue asistido por el doctor Cristian Peliche quien ordenó, en la misma jornada, el alta médica.
El Jefe de Seguridad, subalcalde Franco Darío Carboni, consideró el hecho como una «autoagresión” y decidió “su consecuente derivación, como castigo, a las celdas de aislamiento”.
«Tanto el doctor Cristian Peliche, cuanto el Subalcalde Franco Carboni, negligentemente no habrían prestado la debida atención o reflexión acerca de las razones y motivaciones relacionadas con el cuadro psíquico y la peligrosidad que para sí mismo presentaba el interno Robledo”, indicó el fiscal.
Añadió que “al no advertir la situación y no adoptar diligente y cuidadosamente las medidas inmediatas de contención extremando los recaudos necesarios conducentes a evitar los riesgos de un posible resultado fatal, éste -por Robledo- finalmente acaeció a primeras horas del día 11 de abril”, resaltó.
El protocolo de autopsia reveló como causa eficiente de la muerte, la asfixia por ahorcamiento.
«Razones psíquicas»
El fiscal Moine afirmó que «la tarea probatoria desarrollada en el decurso investigativo, dejó en claro que existieron razones psíquicas por las cuales Robledo se produjo la lesión mientras se hallaba en el pabellón junto a los demás internos»
Agrego que «el jefe de seguridad Carboni limitó su actividad a tipificar la conducta que entendió correspondía al caso sin procurar adoptar una actitud distinta frente a la ley y la aplicación automática de una sanción sin verificar las razones invocadas por el occiso».
En relación a Peliche, sostuvo que «no se advierte de las constancias probatorias que junto a Carboni procuraran la intervención de otros actores involucrados en el tratamiento y seguimiento de las condiciones de salud del mismo»
«El estado mental y de agresividad que presentaba el occiso podría llevarlo a tomar decisiones aún más graves que la que originara su calvario. El tema era que no habría que haber dejado a Robledo sin que otros profesionales médicos intervinieran para brindar un diagnóstico más preciso y determinar o no la necesidad de medicación específica y tratamiento a seguir», resaltó.