El Programa de inclusión para la terminalidad de la educación secundaria y formación laboral para jóvenes de 14 a 17 años, posibilita a los adolescentes que hayan abandonado la escuela al menos un año antes de la puesta en marcha del programa (en el 2010) o que no la iniciaron, finalizar sus estudios a través de un servicio educativo, que en razón de su diseño más flexible, permite a cada estudiante construir su propio trayecto formativo.
La propuesta –organizada como un bachillerato en ciencias sociales– reconoce los recorridos educativos previos –debidamente certificados– de los jóvenes y establece un sistema de promoción por asignaturas, en vez de por año, de manera tal de permitirles avanzar en su escolarización en función de un régimen de correlatividades.
Los espacios curriculares se organizan en obligatorios –que reúnen los saberes básicos previstos para la educación secundaria, de duración anual o cuatrimestral– y complementarios, cuyo propósito es diversificar la oferta educativa.
Asimismo, están previstas instancias de tutorías y de coordinación pedagógica para asesorar a los adolescentes en el diseño de su itinerario de cursado e introducirlos en el dominio de estrategias generales para la organización del tiempo y el manejo de los materiales de estudio.
El cursado para el joven que carezca de trayectos escolares previos en el nivel se ha establecido que sea de 4 años, y de un tiempo menor –que dependerá de lo que pueda acreditar el alumno– para quienes sí los tengan.