Mientras, la madre del niño sostuvo todo el tiempo que su hijo se cayó en la bañera y negó la responsabilidad de su pareja ante la policía y su familia, hasta que le mostraron el resultado de la autopsia que confirmaba el estallido del hígado.
Una nena de ocho, hermana de Agustín, el chico de cinco años asesinado por su padrastro en el barrio porteño de Flores, fue clave en la causa porque contó a través de una Cámara Gessel que vio a la pareja de su mamá atacar al niño a golpes hasta matarlo.
«Ella estaba dentro del departamento. Por eso le hicieron una Cámara Gessel (recinto donde los menores declaran y no ven a los que están afuera). Valentina refiere que Leandro lo agarró a Agustín del cuello hasta que Agustín no se movió», contó el abuelo de la víctima.
Añadió que «después él (el nene) le dijo que le dolía una costilla y recibe una piña en la costilla. El nene dice que tenía ganas de vomitar y él le dice ‘no vomites acá, andá al baño’. Pero él vomitó en la cama y Leandro empezó a pegarle».
Según informa el diario La Nación, el hombre, llamado Sebastián, reveló que «la nena cuenta que (el agresor) paraba para secarse la transpiración y le seguía pegando. Son dichos de una nena de ocho años, pero cuando uno ve el resultado de la autopsia no difiere de la verdad. Y estamos hablando de un hombre de 33 años experto en artes marciales contra un nene de cinco años».
Mientras, la madre del niño sostuvo todo el tiempo que su hijo se cayó en la bañera y negó la responsabilidad de su pareja ante la policía y su familia, hasta que le mostraron el resultado de la autopsia que confirmaba el estallido del hígado.
El acusado, detenido, «tiene cinco causas: una por droga, una por violencia y daños y tres por resistirse al arresto», informó la familia de la víctima que reside en Villa Gesell y viajó a la Capital Federal el domingo por la noche cuando se enteró por la policía de la muerte del menor.