Pablo Aimar volvió a jugar con la camiseta de River y fue ovacionado. Mucho ahogo, mucho nervio. Todas cosas lindas, por eso es difícil dejar de jugar, porque se extraña. Todo eso sentí en el ratito que me tocó», manifestó.
El riocuartense Pablo Aimar ingresó en el segundo tiempo del duelo entre River y Rosario Central y fue ovacionado por todo el Monumental. El Payaso volvió a pisar el Antonio Vespucio Liberti con un triunfo. Lleno de emoción, el futbolista de 35 años se mostró feliz de haber pegado la vuelta a su casa.
«Mucho ahogo, mucho nervio. Todas cosas lindas, por eso es difícil dejar de jugar, porque se extraña. Todo eso sentí en el ratito que me tocó», manifestó. Y agregó: «Soy consciente de la vida que he llevado y que algún día se termina».
Además, imaginó cómo sus hijos deben haber vivido la fantástica tarde-noche que vivió él en un estadio repleto de hinchas del Más Grande: «Les debe haber parecido rarísimo, porque en las canchas a las que ellos fueron no se vive así el fútbol. Yo quería que lo vieran».