La hija de una figura de la NBA le robó todo el protagonismo

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Stephen Curry fue el mejor jugador de la temporada de la NBA. Su labor ha sido clave para que los Warriors sobrevivan a las hazañas de LeBron James y de su mano los Golden State ganaron ayer el título al vencer en el sexto partido de la final por 105-97 a los Cleveland Cavaliers. Pero todas las luces que apuntan al estelar armador brillan aún más cuando aparece en escena Riley Curry, su hija de apenas tres años.

Riley es la razón de ser del jugador. Ella, nacida en julio de 2012, lo acompaña a todos lados. Partidos, entrenamientos, conferencias… no hay prácticamente lugar donde Stephen aparezca sin Riley y entonces él, la gran estrella de la temporada, pierde protagonismo.

 

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