“No quería ahondar en la huelga policial y en los saqueos, sino en la reacción vecinal de la juventud universitaria”, dice la directora, Natalia Ferreyra. A través del relato de los protagonistas y con grabaciones caseras, el documental muestra la reacción de los jóvenes a los saqueos generados por el acuartelamiento policial ocurrido en la provincia a fines de 2013.
Infojus- Una toma aérea. En la calle, cientos de personas corren y gritan. Un motociclista tirado en la vereda. Los hombres se acercan y lo patean. Desde los balcones, los vecinos arengan a los linchadores. La escena fue registrada en un celular durante las madrugadas del 3 y 4 de diciembre de 2013 en el barrio universitario de la ciudad de Córdoba. Forma parte del documental La Hora del Lobo, que narra -a través del relato de los protagonistas y las grabaciones caseras- la reacción de los jóvenes a los saqueos generados por el acuartelamiento policial.
“No quería ahondar en la huelga policial y en los saqueos, sino en la reacción vecinal de la juventud universitaria. Los hechos de violencia me sensibilizaron mucho y traté de encontrar un porqué”, explicó a Infojus Noticias Natalia Ferreyra, directora del documental que se está presentando en el festival BAFICI. Las primeras funciones se realizaron el lunes y martes pasados.
El documental nació en el marco del Posgrado en Documental Contemporáneo de la Escuela de Ciencias de la Información de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Los alumnos debían crear un proyecto para ser presentado en un peaching, una ronda con productores. Solo se filmarían tres: el proyecto de Ferreyra fue uno de ellos.
“Yo había quedado muy conmocionada por lo que había pasado aquellos días (durante el acuartelamiento policial). Nunca imaginé que podría haber una reacción como la que hubo, sobre todo entre los jóvenes. Córdoba está asociada a una juventud progresista, una comunidad universitaria del lado más sensible de las cuestiones sociales. ¿Que lleva a un pibe a bajar a la calle a hacer esto?”, se preguntó la directora.
-¿Llegaste a una respuesta?
-No llegué a una respuesta concreta. Hay una mezcla de cosas. Una asunción del poder policial por parte de ellos, que puede ser por mandato social, por cuestión de clase, por cierta irracionalidad a la hora de participar de ciertos eventos. Hay mezcla de bronca y adrenalina. Ellos no podían definir lo que habían sentido. Tampoco reflexionan mucho sobre eso. Hasta que los busqué no se habían puesto a reflexionar eso. Lo hablaban desde el punto de vista anecdótico.
-¿Cuál es la explicación de quienes participaron en los linchamientos?
-Ellos creen que no les quedaba otra. Gastón es el único que intentó tomar otra postura (el joven, entrevistado en el documental, defendió a un motociclista que estaba siendo golpeado y fue agredido por los vecinos). Me costó llegar a esos testigos. Una conocida me contó que uno había salvado a alguien. Decidí sumarlo para mostrar que sí había otras alternativas. A nivel ideológico, de conciencia social. Porque Gastón se podría haber quedado en su casa. Pero él bajó. Tampoco quería trabajar la figura héroe-antihéroe. Si bien tengo una posición política, no quería enjuiciarlos. Por eso trabajé con una cámara neutral. Un plano fijo que no acompaña los movimientos, ni primerísimos primer plano. Como si te estuvieran hablando a vos. Quería que me vieran a la cara y me explicaran por qué hicieron lo que hicieron. No hacía falta poner a sociólogo o a un psicólogo, o hacer una cuestión editorial. Hay cierta brutalidad que no necesita ninguna explicación.
-Otro aspecto llamativo es la cantidad de videos caseros que filmaron los vecinos y luego subieron a internet.
-¿Hasta qué punto el que filma no es participante de eso? Los videos de YouTube son anónimos. La inclusión de los videos tiene que ver con que no quería retratar el barrio con mi mirada. Es la mirada de ellos. No hay retoque, no está alterado el audio ni la imagen. Quería ser lo más neutral posible, más allá de mi punto de vista.
-¿Qué cambió en vos después de este trabajo?
-Me generó mucha angustia. Había entrevistas de las que salía llorando. Pensé que el miedo iba a funcionar como una justificación. Y no. Porque con el miedo la persona se aleja. Si tenés miedo te vas a otra punta de la ciudad o te quedás encerrado. Lo que juega más es la bronca, la adrenalina. Uno de ellos lo cuenta como un show. Algunos disfrutaban, pensaban que era algo que nunca había pasado. Asumen un rol más activo que pasivo. Quedarse adentro, para ellos, era una actitud cobarde.
-¿Alguno de los entrevistados se arrepiente?
-No. No sale en el documental, pero ninguno se arrepiente. Ante la pregunta de que harían si volviera a pasar, dijeron “y, quizás vamos a estar más preparados”. Me dio miedo, porque el 3 y 4 de diciembre pasado se decía que iba a volver a haber saqueos.
-¿Cuál fue la reacción de la Justicia ante los linchamientos?
-Ninguna. En el momento en que grabé el documental, los únicos imputados eran saqueadores. Buscaron por redes sociales y medios digitales a los que habían saqueado, pero a los chicos de Nueva Córdoba no. Es un delito, pero la justicia también hizo huelga en esas horas.
Comments are closed.